A tres semanas de la celebración de la Cumbre de las Américas, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, rechazó el evento organizado por el mandatario estadounidense, Joe Biden. “No me van a invitar a la cumbre. De todos modos yo mandé a decir que no voy a ir”, dijo.
Con este rechazo de Guatemala, la lista de condicionamientos a la Cumbre de las Américas por las naciones latinoamericanas se amplió: el presidente Andrés Manuel López Obrador, y el líder de Bolivia, Luis Arce, condicionaron su asistencia solo se se invita a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Además, los gobiernos de Argentina, Ecuador, Honduras y El Salvador han solicitado que la convocatoria incluya a todas las naciones. Esto provocó que el gobierno estadounidense negociara la participación de México en el evento a celebrarse del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, California, lo que a su vez ha llevado al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se reúna con el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y que el gobierno estadounidense envíe una comitiva a Palacio Nacional para negociar el tema.
En este contexto de negociación, Biden quitó las restricciones de viajes hacia Cuba y topes al envío de remesas a la isla.
Por su parte, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, criticó la exclusión de la convocatoria.
“Quien asume el compromiso de acoger una reunión hemisférica debe tener la capacidad y la valentía de escuchar a todos, desde el Ártico hasta la Patagonia. Se descalifica para servir de anfitrión el país incapaz de dar cabida a todos”, publicó en Twitter.