Luego de que Petróleos Mexicanos (Pemex) aseguró que el derrame de crudo sobre el Golfo de México fue de menor escala, Greenpeace y otras organizaciones civiles acusaron a las autoridades de minimizar y normalizar la situación, además de señalar imprecisiones en las declaraciones de la empresa estatal.
Las 22 organizaciones que denunciaron la presencia del derrame de hidrocarburo cerca de la Sonda de Campeche señalaron que, tanto Pemex como la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), no han sido transparentes en los impactos de este hecho.
“Pemex, la ASEA y el propio presidente de la República han optado por minimizar y normalizar un derrame de hidrocarburos de grandes proporciones.
Vemos con suma preocupación esta intención de negar hechos irrefutables y desatender los impactos que este tipo de desastres tienen en los ecosistemas marinos”, apuntaron.
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Cabe recordar que fue el pasado 17 de julio cuando las organizaciones denunciaron un derrame de crudo de al menos 400 kilómetros cuadrados en el Golfo de México.
Más tarde, Pemex dio a conocer que inició el 3 de julio a causa de dos puntos de fuga en uno de los ductos de los campos Ek Balam, mientras que el director general, Octavio Romero Oropeza, afirmó que fue controlado hasta el 22 del mismo mes.
Sin embargo, Pemex no se pronunció sobre este hecho hasta un día después de la denuncia pública. Además, acusó a las organizaciones y los medios de proporcionar “una estimación de mala fe” y aseguró que el derrame fue de 9.6 kilómetros, y no de 400 como reportaron las organizaciones e incluso expertos de la UNAM.
Al respecto, con base en las propias declaraciones de Pemex, Greenpece México y otras organizaciones señalaron que la empresa se contradijo al intentar aclarar la situación. “¿Dónde está disponible la evidencia técnica que sustenta las afirmaciones?”, cuestionaron.
“La situación es aún más grave de lo que parece”
Tras señalar que Pemex y la ASEA normalizan este tipo de desastres cuando tienen un gran impacto ecológico, afirmaron que la conclusión es que la situación es aún más grave de lo que parece.
“Queda presente el temor de que lo que hemos observado estas semanas es en realidad el modus operandi habitual de las petroleras de la región, lo que a su vez implica que el daño ambiental que se está perpetrando permanece deliberadamente oculto y sin remediar”, refirieron.
Las organizaciones también cuestionaron a Pemex por el tiempo que les tomó controlar el derrame, así como también por señalar el 18 de julio que ya estaba controlado, cuando días más tarde informaron que fue el 22.
“Pemex ha proporcionado datos fuera de contexto que sólo han aportado confusión a la interpretación de la situación. Las organizaciones hemos aportado datos objetivos procedentes de imágenes satelitales y bibliografía científica, cuyo análisis coincide con los resultados publicados por el Instituto de Geografía de la UNAM”, agregaron.
Además, recordaron que un derrame de crudo ocurrido a principios de junio en Balam Tango Bravo, de aproximadamente 200 km, sigue sin ser explicado.
“Siguen existiendo vacíos de información para conocer los impactos y de mitigar el derrame, exigimos a la ASEA y a Pemex responder, como es su obligación”, apuntaron. RM
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