El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, dijo este viernes que hay evidencia de que la variante B117 del coronavirus causante de la Covid-19, además de ser más infecciosa como ya se ha demostrado, podría ser más letal.
El ministro de Salud de ese país, Patrick Vallance, añadió que los datos sobre los que se basa esta afirmación “no son muy fuertes”, que hace falta más investigación, pero que es un motivo de preocupación.
›La evidencia sobre la nueva variante del SARS-CoV-2 (que ahora lleva el prefijo VOC por las siglas en inglés para “variante de preocupación”), a la que se refirieron los ministros fue compilada por el Grupo Asesor de Amenazas de Virus Respiratorios Nuevos y Emergentes (NERVTAG, por sus siglas en inglés) cuyo análisis fue publicado hoy.
NERVTAG, grupo conformado por 21 científicos que fue creado para lidiar con la pandemia, informa que la evaluación inicial de los efectos del linaje B117, cuyo primer caso detectado data del 20 de septiembre de 2020 en Gran Bretaña, no encontró diferencias significativas en el riesgo de hospitalización o muerte con respecto a otras variantes.
Sin embargo, añade, “varios análisis nuevos son consistentes en informar una mayor gravedad de la enfermedad en personas infectadas con VOC B117 en comparación con personas infectadas con variantes del virus sin VOC”.
Entre sus conclusiones, NERVTAG resalta que, según los análisis que hicieron, “existe una posibilidad realista de que la infección por VOC B117 esté asociada con un mayor riesgo de muerte en comparación con la infección por virus sin VOC”.
Pero añaden: “Cabe señalar que el riesgo absoluto de muerte por infección sigue siendo bajo” y que “el aumento de la gravedad (de la infección) puede no necesariamente reflejarse en un mayor riesgo de muerte intrahospitalaria”.
Vallance comentó que en realidad hay una mayor preocupación por las variantes detectadas en Sudáfrica (llamada originalmente 501Y.V2 y ahora B1351) y Brasil (P1), que podrían ser menos susceptibles a la inmunidad generada por las vacunas. Hoy, Alemania reportó su primera detección de P1.