El número de mujeres, niñas y niños que han ingresado a la Red Nacional de Refugios (RNR) para escapar de la violencia de género creció un 55.5% en los últimos dos años, una cifra que según activistas revela la disparidad que aún enfrenta este grupo en México.
Datos del último reporte de la RNR demuestran que nueve de cada 10 menores que ingresaron a estos centros fue víctima de violencia física y psicológica, pero esta cifra aumenta al considerar los reportes por teléfono en los que se estima que poco más de 3 mil niños y niñas del país sufren este tipo de agresiones.
En cuanto a la situación de las mujeres, el 38% de quienes buscaron apoyo en la RNR afirmaron ser víctimas de violencia psicológica, mientras que los maltratos físicos obtuvieron 24% de las respuestas, y 9% de estas personas aseguró sufrir ambos tipos de agresiones.
De las mujeres que buscaron apoyo durante el año pasado, 492 reportaron violencia que puso en riesgo su vida, y 4 de cada 100 fue víctima de intento de feminicidio, lo que muestra el crecimiento de este delito a lo largo del país.
Los datos de la RNR muestran que cada hora de 2021 una mujer en México buscó ayuda por situaciones de violencia de género, y que esta institución apoyó a 45 mil 490 personas durante este periodo, lo que representa un incremento de 8% respecto al año pasado, cuando las atenciones por este tipo de agresiones se dispararon a consecuencia de la pandemia de coronavirus.
Además, la RNR documentó que 885 mujeres que pidieron apoyo de alguna autoridad para solucionar este problema no recibieron ningún tipo de atención o protocolo que las resguardara, algo que según este reporte muestra “la indiferencia del Estado ante las violencias machistas, ya que el acceso a la justicia integral no está garantizado debido a estos obstáculos, así como la falta de estrategias correctas”.
En cuanto a la violencia sexual, los datos arrojan que seis mujeres fueron víctimas de violación cada día del año pasado, mientras que nueve de cada 10 abusos de este tipo entre menores de edad ocurrió dentro de su hogar, lo que comprueba que las casas no son lugares seguros para las niñas y adolescentes de México.
Los especialistas de esta organización advierten que en el caso de niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual existe una doble revictimización porque las autoridades “invisibilizan estos delitos, no tienen protocolos adecuados, ni atención integral, y tampoco ofrecen reparación del daño” lo que deja a estas menores en una situación de alta vulnerabilidad.
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