Activistas, políticos disidentes, periodistas y otras voces críticas de gobiernos autócratas de todo el mundo viven amenazados a pesar de ya no vivir en esos países; se trata de 3.5 millones de personas que son víctimas de represión a kilómetros de su hogar, así lo demuestra el último informe de la organización no gubernamental Freedom House.
Datos del reporte “Defendiendo la Democracia en el Exilio” señalan que el número de gobiernos que ejercen represión más allá de sus fronteras alcanzó un total de 36 países, cuatro más que el año pasado, y que demuestra la expansión de este tipo de prácticas que son consideradas “como un asalto diario a los civiles en cualquier parte del mundo”.
Este informe identificó 36 gobiernos que ejercen represión transnacional, aunque seis se distinguen por por sus campañas agresivas, y de estos China se mantiene como el país con mayor número de víctimas al sumar 214 casos, una cifra que representa el 29.3% de todos los registros analizados por Freedom House en los últimos ocho años.
Otros gobiernos que ejercen campañas agresivas de represión transnacional son Rusia, Irán, Ruanda, Turquía y Arabia Saudita, que suman 115 casos con múltiples víctimas entre las que se incluyen niños y otros familiares de las personas disidentes.
Estos gobiernos recurren a prácticas como amenazar a familiares o amigos que no huyeron, robo de cuentas digitales, deportaciones ilegales por crímenes que no se han cometido, e incluso, pagar asesinatos fuera de sus fronteras.
Además, los especialistas de Freedom House detectaron que estos gobiernos utilizan de manera abusiva a la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol por sus siglas en inglés), los datos demuestran que 58% de las víctimas de represión transnacional fueron acusadas de terrorismo en el sistema de fichas rojas del organismo.
Sobre las causas de persecución, en China prevalece la discriminación étnica y religiosa; en Turquía las principales víctimas de represión transnacional son los integrantes del Gülen, un movimiento islámico acusado de estar detrás del golpe de Estado contra del gobierno de Recep Erdogan y simpatizantes de la autonomía kurda.
Algunos países como Estados Unidos, Alemania o Sudáfrica han fortalecido sus marcos legales para facilitar la búsqueda de asilo entre estas personas, así como una revisión más extensa de los antecedentes de quienes aparecen en los sistemas internacionales de búsqueda criminal, y aunque estas prácticas son un primer paso, los especialistas detallan que queda un largo camino por recorrer para erradicar la represión transnacional.