En cuatro años del actual gobierno, el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) pasó de un máximo de 279.8 mil millones de pesos para enfrentar las crisis que se pudieran suscitar en el país, a un saldo disponible en 2022 de sólo 25 mil 978 millones de pesos, es decir, hay una disponibilidad de 9.3 % de lo que se tenía al cierre de la administración del expresidente Enrique Peña Nieto.
En 2019 y 2020, sobrevino una crisis económica que empujó a gastar el 96.6 % de las reservas del FEIP, y aunque esa era la esencia de ese fondo, se gastó a un ritmo más alto y acelerado de lo que se pudiera anticipar, y ahora, el gobierno, pese a haber tenido ingresos extraordinarios en 2021 y 2022, no ha hecho lo necesario para reintegrar el dinero que se usó para enfrentar una de las mayores crisis en la historia de México y el mundo. Sólo le abonó 16.48 mil millones aún cuando se tuvieron ingresos extraordinarios superiores a 400 mil millones de pesos.
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Según un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), al ritmo al que el gobierno está reintegrando los dineros a dicho fondo le tomará 17 años volver a los niveles de 2018, punto previo a la entrada de la Cuarta Transformación.
“Los fondos de estabilización son mecanismos que permiten al gobierno acumular recursos de distintos ejercicios fiscales y utilizarlos ante posibles caídas en los ingresos estimados”, señala el CIEP.
El no reintegrar los recursos a los niveles previos a la Covid-19, y de necesitar enfrentar un escenario similar al de 2020 no se tendrá el respaldo para poder sortearlo, lo que traería serios problemas a las finanzas públicas.
En el presupuesto de este año, el gobierno, a sabiendas de esta preocupante situación en la que está, se ha autorizado un techo de deuda de 1.17 billones de pesos, el más alto de la historia, con lo que prevé cualquier contingencia en el gasto e ingresos públicos. No obstante, de deber usarlo, la deuda del país se incrementará y dañará a las contribuciones que en lugar de dirigirse a los servicios que debe proporcionar el Estado deberán ir al pago de intereses y amortizaciones.
Los recursos de donde se alimenta el FEIP provienen del Fondo Mexicano del Petróleo, de los ingresos excedentes que resulten de la Ley de Ingresos, y al menos un 70 % de los remanentes de operación que el Banco de México obtenga del tipo de cambio, pero además se incluyen las coberturas para la administración de riesgos.
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