Luego de que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos criticara la consulta realizada para la construcción del Tren Maya, el Gobierno Federal respondió que dicha aseveración es “aventurada y sin fundamento”, pues el ejercicio se dio de manera informado y democrático.
En un comunicado, la oficina de la Presidencia en conjunto con la Secretaría de Gobernación negaron las comunidades hayan aprobado este megaproyecto a cambio de recibir recursos para cubrir sus necesidades de agua, salud y educación. En cambio, señalaron, se demostró el compromiso de transformar la vida pública nacional “sin ningún tipo de simulación o manipulación”.
El Gobierno de México señaló que con la crítica al proyecto del Tren Maya realizado por la ONU-DH se prejuzga “sobre los hechos futuros relacionados con el proyecto de desarrollo, abonan a un clima de incertidumbre y da falta de respeto a la legítima voluntad que han expresad las comunidades indígenas”.
Asimismo, asevera que es falso que no se haya obtenido un acuerdo o consentimiento de las comunidades que fueron consultadas, pues desde un inicio se anunció que se buscaría para que el ejercicio pudiera ser vinculatorio.
El comunicado señala que con el desaire al proceso consultivo, “la ONU-DH México pierde objetividad y asume la posición de una militancia social opositora, válida y respetable desde luego, cuyo resultado satisfactorio habría sido el rechazo del proyecto”.
Además, destaca que “con esa actitud, se aparta de su misión de construir las condiciones para el pleno ejercicio de los derechos humanos”. Por último, el comunicado refiere que en ningún momento se dejó fuera a quienes quisieran participar y lamento que la oposición al proyecto no se haya presentado para participar en el ejercicio; la federación recalcó que la información se presentó de manera oportuna y en los cuatro idiomas que se hablan en la región. CJG