El PRI se habría arrojado a los brazos de Morena, al menos esa esa la sospecha que partidos de oposición y opinadores ponen a consideración luego de dos eventos que podrían estar relacionados.
La suspicacia comenzó por un video que comenzó a hacerse viral en el que el presidente Nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, se encuentra en la Cámara de Diputados con motivo de la entrega del Cuarto informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La escena es intensa: en el centro del reciento de San Lázaro, entre las curules que ocupa el PRI, Alito Moreno recibe al secretario de Gobernación, quien lo saluda de manera amistosa. Ambos quedan rodeados de legisladores que disparan ráfagas de desde las cámaras de sus móviles.
Cuando ambos se trenzan en un abrazo, dialogan en voz baja, al oído, algo que sólo ellos dos saben, pues nadie más pudo haber escuchado, ni si quiera Rubén Moreira, quien cubrió un flanco para evitar que se pudieran leer los labios o escuchar algo que parece secreto.
Ahora bien, el peculiar encuentro se da en un contexto difícil para el campechano, pues se encuentra en una vorágine política que lo arrastra fuera del visto bueno de la opinión pública. Escándalos con los audios que la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, ha filtrado exhibiendo sus miserias, una denuncia por enriquecimiento ilícito, un conflicto con los jerarcas del PRI que lo quieren fuera del partido, un alejamiento con los medios de comunicación que antes lo apoyaban, un consecuente desprestigio de su imagen pública, la cancelación de la alianza político-electoral y la debacle de su partido.
En medio del fuego que recibo por todos los flancos, el PRI presentó una iniciativa de reforma constitucional en el contexto de los movimientos en la estrategia de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador. La reforma permite al Ejecutivo disponer del Ejercito para tareas de seguridad pública por dos años más, situación que beneficia al Presidente y su partido, en detrimento de la alianza Va por México que había declarado una moratoria constitucional para evitar cambios a la carta magna por parte del oficialismo.
Esos dos eventos causaron suspicacia, pues en el encuentro con el titular de Gobernación no se observa un ánimo de confrontación, como el priista ha hecho contra el Presidente, sino con la camaradería de dos políticos que entienden en torno a sus intereses. DJ
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