Recibí un escrito de Rodrigo Antonio Muñoz Dromundo, pero supongo que no es para mi, sino para un ignoto pariente, un tal Manuel Flores Arellano. Yo no me llamo Manuel, parafraseando a los Toreros Muertos.
Supongo —sin conceder, pues no conozco al tal Manuel— que se refirió al artículo que publiqué la semana pasada en este mismo espacio de ejecentral titulado “City Tower, terminó el show del Cartel Inmobiliario” donde describo brevemente su papel en aquel sainete. El pleito concluyó cuando, el propio Muñoz Dromundo concedió el más amplio perdón a todas las personas físicas y morales imputadas y señaladas (por su iniciativa) en el caso de presunta sobredensidad de construcción de departamentos en el conjunto City Towers según consta en la Carpeta de Investigación CI-FIBJ/UAT-BJ-3/Ul-1 S/D/01930/06-2022.
Pero no me quiero adelantar a varios hechos, y aquí el espacio al derecho de réplica que no me tocaría atender salvo por mi propensión a la bonhomía. Una disculpa al fulano Manuel sí a su correo electrónico llegó el siguiente texto que retomé de Twitter.