La atención ciudadana sobre la suerte del Presupuesto de Egresos 2024 ha estado fija sobre la negativa oficialistas en la Cámara de Diputados para crear partidas específicas y etiquetadas para la reconstrucción y relanzamiento de Acapulco y los otros 46 municipios de Guerrero dañados por Otis; que de los 9 billones y 66 mil millones de pesos orientados a gasto en un año electoral, no se permitió formar un fondo específico de cuando menos 100 mil millones de pesos que ayudarían primeramente a paliar las penurias de millón y medio de personas y después a ejecutar un plan bien coordinado para -aprovechando la terrible destrucción- desarrollar un nuevo y mejor Acapulco…. pero pocos advierten que para solventar ese monumental gasto se contratarán 2 billones 520 mil 557 millones de pesos como deuda adicional.
Es decir que 28% del gasto programado por la Secretaría de Hacienda a cargo de Rogelio Ramírez de la O estará sustentado en nuevos créditos, algunos de ellos para pagar los intereses de la deuda ya existente. Con la aprobación que efectuó la mayoría morenista a cargo de Ignacio Mier con apoyo de las fracciones del Partido Verde y del Partido del Trabajo -encabezados por Carlos Puente y Alberto Anaya- la deuda total del gobierno y de los mexicanos catalogada como Saldo Histórico de Requerimientos Financieros del Sector Público será cercano a los 16.5 billones de pesos al final de 2024, es decir un aumento de casi 60% respecto a lo que dejó el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Y luego dicen que “no hay deuda”.
Pero el problema no es la deuda en sí misma: el crédito es una herramienta básica para empresas, personas y gobierno para adelantar el goce de bienes, y en el caso del gobierno mexicano constitucionalmente se establece que el uso debe tener finalidades productivas, sociales y para atender situaciones graves… como en Guerrero.
El presidente del Consejo Empresarial Mexicano, Juan Carlos Pérez Góngora, desde que se presentó el proyecto de egresos 2024, señaló que “El Congreso tiene la facultad constitucional que contempla el artículo 73 en la fracción VIII, de únicamente aprobar deudas cuando sean destinadas para la ejecución de obras que directamente produzcan un incremento en los ingresos públicos, o con propósito de relación monetaria, así como los que contraten durante alguna emergencia declarada por el Presidente de la República tratándose de invasión, perturbación grave de la paz pública, o cuando se ponga la sociedad en grave peligro o conflicto”.
Pérez Góngora, uno de los abogados fiscalistas más destacados de México, también precisó el tamaño de desequilibrio que representa una deuda de esa magnitud y que financiara una porción de gasto corriente (parte de los programas sociales, como el aumento de 25% a las pensiones de adultos mayores y el servicio de la deuda público) si se tuviese que financiar esa deuda con impuestos: “tendríamos entonces que tener una sobretasa de IVA de más de 30 puntos porcentuales, esto es un IVA del 46% de consumo de los mexicanos para poder financiar dicho gasto público; o la otra opción sería que el ISR del próximo año fuera, en lugar de la tasa del 30% sobre la utilidad, del 58%; y para las personas físicas en lugar de pagar la tasa máxima del 35% sobre su ingreso tendrían que pagar 68% en el año”
Elefantes Blancos y Mega Deuda
Vale precisar que una porción del financiamiento aprobado por la mayoría oficialista (y rechazada por la oposición en pleno) será para terminar las obras emblemáticas de Andrés Manuel López Obrador. Lo que aún está por verse de esas obras es sí tendrán rentabilidad social y económica que justifique la inversión ahí efectuada… o que Tren Maya, Refinería de Dos Bocal, Aeropuerto Internacional de México y Corredor Interoceánico, serán un lastre en las finanzas públicas para los próximos sexenios.
De acuerdo al artículo 2 de la Ley de Ingresos de la Federación para el 2024, el gobierno federal podrá endeudarse con 1 billón 990 mil millones de pesos… pero se agregan otros 6260 mil 557 millones de pesos para Pemex como para la Comisión Federal de Electricidad, empresas productivas del estado y cuyos pasivos se agregan a la deuda total.
Un experto en economía, Marco Pérez, director de Econometría Aplicada, dimensiona el alcance de la nueva deuda: “esta administración entregaría un saldo de deuda bruta superior al 54% del PIB, y no de 48%, como lo publicitan”.
En 2024 López Obrador se va de la presidencia… pero los que pagamos esa deuda, los contribuyentes, nos quedamos.
@mfloresarellano
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