Ya pasó noviembre y nomás no se inauguró la Gigafactory Tesla que a bombo y platillo el gobernador Samuel García anunció abriría sus puertas a finales del ya fenecido 2023 en un polígono comprendido entre la carretera 40 Matehuala Monterrey y el Periférico Monterrey; 2 político, Movimiento Ciudadano.
Pero más relevante que si se va o se queda o que cuándo empieza, son las preguntas y respuestas sobre los motivos que la empresa insignia de los multimillonarios más mediáticos del mundo se ha puesto a deshojar la margarita para aterrizar en la Sultana del Norte… y para avizorar las mareas que el magnate espera lleguen a su favor en los próximos meses.
Y esto, aquí se lo platicamos.
1.- Altas tasas de interés. Las ventas de autos eléctricos Tesla se realiza por financiamiento que efectúa la propia empresa, por lo que sus costos de fondeo son elevados en cuanto las tasas primarias en Estados Unidos y ello ha repercutido en su balance financiero. Aunque ha reducido sus pasivos de corto plazo, sus pasivos totales aumentaron 5% anual al tercer trimestre del año pasado al sumar casi 39,500 millones de dólares, y si bien posee una fuerte capitalización de 56,466 millones de dólares, su utilidad total anualizada bajó en 44%.
De hecho, la compañía tuvo que adoptar una estrategia agresiva de precios para ganar terreno pues sus anteriores niveles de precio al público lo empezaron a rezagar frente a otras marcas de menor costo, en especial las marcas asiáticas. Hasta el tercer trimestre de 2023 entregó 435,059 unidades, un aumento de 27%... lo cual muestra que su estrategia de baja de precios ha impulsado sus ventas, pero a mayores costos operativos y financieros, reduciendo sus márgenes de utilidad.
Y un multimillonario como Musk, no regala su dinero sólo para congraciarse con político alguno. Es mejor para la compañía estabilizar su estrategia de precios con sus márgenes de utilidad antes de expandir la producción en una eventual planta en México.
2.- Viene la revisión del Tratado de Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, esto a partir de abril próximo. Dada las rudas elecciones en Estados Unidos donde México es un aspecto medular (y no sólo por la crisis de migrantes), es predecible que la administración de Joe Biden “ponga la piernita dura” ante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, lo cual sería una victoria política ante sus rivales republicanos (y ya no se diga ante Donald Trump). La Representación Comercial de Estados Unidos, la USTR tiene varios asuntos severos que ajustar, empezando por la política nacional-centralista del gobierno mexicano que afecta el comercio de hidrocarburos y la disponibilidad de electricidad en la cantidad-calidad suficiente y que cumpla con los estándares de limpieza internacionales. El suministro de agua será otra papa caliente en los años de sequía que amagan la región.
3.- Otras disputas comerciales. hay otros pleitos menos obvios pero de igual magnitud: la disputa por las prácticas comerciales para la devolución de impuestos a las importaciones temporales que la industria manufacturera de exportación –incluyendo automotrices y de autopartes– que al estar rezagadas desde hace casi un año, afectan el flujo de efectivo de empresas como Ford, que lleva Jim Farley, y cuyos cabilderos en Washington han expuesto su inconformidad a la USTR de Katherine Tai.
Y, no menos relevante, la fuerte presencia de autos asiáticos, especialmente chinos en México, cuyos precios y calidad rivaliza sin problema ante las marcas estadounidenses y europeas. Marcas como Human Horizons, BYD, Nio, XPeng o la espectacular Geely están considerando seguir los pasos que ya tomó en México JAC, MG, Chirey y Changan. La disputa por accesos en condiciones semejantes y eventualmente de contenidos regionales, no será menor.
Y siendo que 5 mil millones de dólares no es nada menor, en Tesla parecen dispuestos a “patear el bote” por algunos meses hasta que queden definidas las nuevas reglas del juego dentro del TMEC preferentemente a su favor, a que las tasas de interés retornen a niveles más bajos y, de pasada, hayan amainado las aguas electorales en EU y México. Y si, de mientras ello pasa, Tesla está contratando ingenieros y técnicos mexicanos para entrenar en Austin para luego decidir a que planta –con salarios a nivel estadounidense y en dólares– se pueden integrar entre tanto.
@mfloresarellano
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