Simulación y demagogia de los salarios mínimos

3 de Febrero de 2025

Mauricio Flores
Mauricio Flores

Simulación y demagogia de los salarios mínimos

MauricioFlores_REDES

La Comisión Nacional de Salarios Mínimos recién acaba de dar a conocer la noticia del aumento de los salarios mínimos de 20% para 2024, apenas Andrés Manuel López Obrador presumía ese porcentaje como otro logro indiscutible de la Cuatroté, cuando le pregunté a Pepe -el afanoso afanador y repartidor de toallas en los vestidores de SportWorld- de cuando le harían efectivo el incremento a su salario. “Pues nada, no nos va a tocar ni madre, por que como ganamos un poquito arriba del mínimo, oficialmente ya nos toca pura de la que se ve en las regaderas”, expuso con claridad meridiana entre todos los asiduos practicantes de triatlón hídrico en ese club, es decir los férreos practicantes de la disciplina que incluye vapor, sauna y regadera de un jalón.

“Ya ven lo que les pasó a ustedes como clientes cuando dieron el aumentote salarial de 2021: les recortaron los horarios de servicio para ahorrar electricidad y gas, les quitaron hasta los cotonetes; a nosotros nos retabularon para que no los volvieran a sorprender con otro aumentazo pero nos quitaron prestaciones, incluso otra vez la Fiesta de Navidad será que saldremos más temprano para ir a donde paguemos nosotros la comida y una cerveza por que la empresa nos van a dar puro chile”, explicó a detalle el diestro Pepe mientras terminaba de acomodar tollas usadas.

Y mire usted que Sport World es una empresa, que dirige Rodrigo Riveroll, que cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores, no es un changarro cualquiera que ande urdiendo como no registrar a sus trabajadores ante el Instituto Mexicano del Seguro Social. Pero como todas las compañías que son intensivas en mano de obra, supieron cómo pasarle el golpe del aumento del salario mínimo a sus clientes y de pasada a sus propios empleados.

De hecho, la cadena de gimnasios es un garbanzo de a libra en el contexto empresarial mexicano. Mas del 78% de los trabajadores subordinados y asalariados del país se emplean en micro, pequeños y medianas empresas (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, INEGI) donde se contratan de 1 a 49 trabajadores… y dadas las características de mercados pequeños, ventas volátiles, acoso del crimen organizado con “cobro de piso”, extorsión de inspectores municipales, así como el inexistente apoyo del gobierno federal en forma de créditos y/o garantías para obtener financiamiento y tasas tributarias acumuladas al 50% de los ingresos personales (entre impuestos al consumo, a la renta y a los productos y servicios especiales), su solución es contratar “por fuera” a trabajadores, preferentemente en cash, a destajo, o sencillamente despedir a algunos de los empleados.

Y retiemble en sus centros la propaganda

No es exclusivo de este gobierno hacer apología de los aumentos al salario mínimo. Pero la realidad es terca y ruda: las condiciones de precariedad y hasta de hostigamiento que padecen los empleadores hace que el 57% de los empleos en México sean informales.

Y para esta mayoría de trabajadores no aplica ni por error el aumento del salario mínimo. Y es posible que algunos de ellos, en actividades informales lícitas -como vender tacos, reparar computadoras, pasear perros o quiroprácticos a domicilio- ganen bastante más que el salario mínimo.

De hecho, casi todos los mexicanos tenemos algún “grado” de informalidad; desde el oficinista de gobierno que vende tortas a sus compañeros o el comerciante que prefiere cobrar/pagar en efectivo que con sistemas bancarizados. Ahorrarse la inspección fiscal es una de las prácticas más extendidas en México.

Por ello no deja de ser mera propaganda hueca cuando los voceros oficiales y oficiosos aseguran que el aumento del salario mínimo es un “triunfo de la justicia” pues dicho estipendio se encuentra a casi 15% debajo del costo de la canasta alimentaria y no alimentaría básica… nivel que se ha mantenido sin cambio en los últimos 5 años, según los datos de la CONEVAL que dirige José Nabor.

Para salir de la pobreza laboral (que hoy afecta a casi 37% de los trabajadores), el ingreso tendría que superar los 5 salarios mínimos (36 mil pesos mensuales para 2024) para poder cubrir con holgura las posibilidades de una vida segura… pero el porcentaje de personas que lo reciben es del 1% de todos los trabajadores, proporción que no ha cambiado en 18 años conforme a datos validados del INEGI.

¿La vida no vale nada?

@mfloresarellano

floresarellanomauricio@gmail.com