La crisis se mostró el martes de la semana pasada, cuando en las sedes de la coordinación electoral de Delfina Gómez (en la Colonia Nápoles y Roma de la Ciudad de México, así como en Toluca) se le informó a los subcoordinadores que se reducía notablemente el monto del dinero ofrecido para aquellas personas que aceptaron ser representantes generales, representantes de casilla y suplentes el próximo domingo a nombre de la coalición “Juntos Hacemos Historia”.
Las instrucciones giradas desde la coordinación general de campaña que conduce Horacio Duarte se derivaron en la simple explicación de “no hay dinero”, lo cual, cuentan varios de los participantes en esas reuniones, provocó una molestia generalizada y la posibilidad de que centenares de estos funcionarios electorales no se presenten al inicio de los comicios.
Y es qué para los representantes generales, de un ofrecimiento de mil pesos, la paga se redujo a 600 pesos; a los representantes de casilla el apoyo pasó de 600 a 350 pesos, y a los suplentes bajó de 400 a 200 pesos. De ahí la inconformidad en el ejército de 50 mil personas que la candidata de Morena-PVEM-PT requiere para tener presencia en todas las casillas que se instalarán en el estado de México. El ahorro que esa coalición obtendría de ello sería cercano a los 25 millones de pesos.
Del Moral y el descontento morenista
Como es sabido, para una campaña electoral los partidos necesitan dinero —mucho—, para propaganda, mítines, insumos, souvenirs, desplazamientos, transporte, combustible, alimentos y personal. El día de la elección se requiere para la llamada “operación en tierra”, o sea movilizar a votantes para su causa e incluso pagar “un incentivo” (por más delito e indigno que ello resulte) por haber permitido “ser acarreado”.
Pero también se requiere de un numeroso grupo de personas que a nombre de los partidos contendientes, verifiquen el cumplimiento de las reglas electorales durante la emisión de votos, en el conteo de los mismos, registro, publicación en el sitio, así como en el empaquetamiento y traslado de los sufragios.
Pues precisamente lo que escasea es el dinero para el pago de funcionarios electorales de Morena-PVEM-PT según se trasminó de las tres reuniones simultáneas que se efectuaron la noche del martes de hace una semana, abriendo grietas en el equipo de la exsecretaria de educación y de su mentora y backup, la regenta de la CDMX, Claudia Sheinbaum.
El pago a los representantes de partidos o coaliciones es legal siempre y cuando sea reportado como gasto de campaña para fines de fiscalización, por lo que la reducción de esos pagos puede indicar que el equipo de Duarte e Higinio Martínez planea ocupar los recursos para la “operación en tierra” o “acarreo”, pero también que llegaron a un tope en el gasto autorizado para la campaña en el estado de México.
Como es sabido, Sheinbaum destacó a 50 mil personas para fortalecer la estructura electoral de Delfina, creando una estructura interna a la que formalmente representan Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde.
Estos organismos políticos destinarán a sus fuerzas vivas, a su estructura territorial de militantes, a realizar labores de proselitismo final y directo (incluyendo la actividad en redes sociales y comunicación digital) en las comunidades y ciudades donde habitan en los días de veda de propaganda previa a la elección, así como en la “movilización” o “promoción del voto”.
Pero el ejército para la estructura electoral quedó ya “descobijada” y a disgusto, por lo que no sería raro integrantes de esa tropa —como ya sucedió en Chalco donde 100 morenistas encabezados por el diputado Vicente Onofre voltearon bandera a favor de la Alianza por el estado de México— vean la oportunidad de sumarse de última hora a la campaña de la aliancista Alejandra del Moral.
Veremos qué sucede el domingo.