La secretaría de energía Rocío Nahle tuvo que aceptar que existe opacidad en la fijación de tarifas eléctricas por parte de la Comisión Federal de Electricidad, tanto a nivel industrial, municipal y residencial. Durante su comparecencia en la Cámara de Senadores, la funcionaria fue interrogada por el legislador yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín sobre las alzas de entre 50 % y 100 % en la factura que la empresa dirigida por Manuel Bartlett envía a diversos gobiernos municipales cuyo consumo eléctrico no ha variado… y en caso de no pagar a la fecha establecida, el servicio les es suspendido incluido para bombeo de agua.
No menos importante ha sido el aumento de las tarifas para los hogares: en el más reciente reporte de inflación hecho por el INEGI, la mercancía con mayor alza e incidencia en mantener el crecimiento de los precios es la electricidad, la cual se incrementó mensualmente de 20.29 %. Su impacto es 35 % superior a lo que en su totalidad incidieron en el costo de la vida los aumentos en chile serrano, tortilla, comidas en fondas y loncherías, restaurantes, transporte aéreo, servicios profesionales y leche fresca o pasteurizada. El aumento de la electricidad explica, pues, dos terceras partes de la inflación.
Es decir, el aumento en los costos de generación eléctrica —gas natural y combustóleo— se traslada casi directamente a los consumidores, salvo a los hogares que reciben un subsidio para su consumo. Pero que en cualquier momento, incluso por el arbolito de navidad propio de estas fechas o por los aires acondicionados en épocas de calor, pasan a la Tarifa de Alto Consumo Doméstico (DAC), que eleva casi logarítmicamente el monto a saldar.
Y no es muy diferente para la industria: el Índice de Precios al Productor para bienes finales registró en ese período un aumento anual de 7.39 % aunque entidades como la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin), que encabeza José Abugaber lo estima en cerca de 8 % anual en la zona de Monterrey.
CENACE, tapones
En esa comparecencia, lo más rumboso fue el severo posicionamiento que la senadora panista Xóchitl Gálvez hizo a Nahle sobre el aumento de costos y plazos para la puesta en marcha de la refinería de Dos Bocas; pero aun siendo igualmente importante para el suministro, no provocó igual atención de los medios los problemas de encarecimiento del suministro eléctrico y de los cuellos de botella que se han formado en la generación y distribución por falta de inversión pública por parte de la CFE… y por parte de autorizaciones liberadas para los productores privados por parte del Centro Nacional de Energía que desde agosto pasado encabeza Ricardo Mota Palomino.
Desde principios de 2022 los representantes empresariales de Concamin solicitaron audiencia con Manuel Bartlett para lograr se conectaran con fluido cuando menos una decena de parques industriales en la frontera norte. Sólo recibieron largas, y las evasivas del CENACE. Ello, por supuesto, ha generado otro motivo de reticencia para instalarse o ampliarse en México las empresas que salen de Asia bajo el principio del nearshoring.
La secretaria Nahle aseguró en su comparecencia se ha dado autorización para operación a casi 92 % de los proyectos de generación eólica y fotovoltaica adjudicado en las tres subastas eléctricas organizadas durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. Sin embargo, por “la burocracia” y un tortuoso y muy probablemente amañado proceso al interior de CENACE, hay poco más de 100 proyectos varados, entre ellos Horus, Mayo y Tastiota, que implican inversiones por 42 mil millones de dólares a punto de quebrar.
Sí ese el plan de “soberanía energética” de la 4T, encarecimiento, falta de inversión y estancamiento en la generación de energías limpias, ciertamente está dando resultado.