El tiempo está encima. En menos de un mes, los enviados estadounidenses darán una primera evaluación de si acaso México puede recibir el Upgrade a Categoría 1 luego de haber sido degradado en mayo del 2020. La presión laboral está al tope luego de que a mediados de octubre pasado las computadoras de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) no encendieron como habitualmente lo hacían, las pantallas se desplegaban en color oscuro con una dirección web a la cual contactar para solicitar la recuperación del equipo. Aquellos audaces que se animaron a rescatar información en dispositivos externos sólo obtuvieron documentos degradados e ilegibles.
El secuestro informativo sucedió cuando los más altos funcionarios de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, encabezada por el hoy secretario Jorge Nuño, acordaban en Washington la ruta que le permita a la autoridad aeronáutica mexicana recuperar la Categoría 1 y permitir con ello a las aerolíneas con bandera mexicana aumentar sus vuelos a Estados Unidos.
En esas reuniones con la Federal Aviation Administration (FAA) a cargo de Billye Nolen, se acordó una ruta eficiente de trabajo que no se había logrado. Y es que el anterior director de la AFAC, Carlos Rodríguez Mungía, menospreció el trato con la FAA, dejó todo el asunto como algo secundario y así informó a Andrés Manuel López Obrador, quién creyó que sería un problema soluble sin ciencia alguna.
A casi dos años, la industria aérea nacional ha perdido cerca de 2.2 millones de asientos/pasajero y cerca de 2,500 millones de dólares, según aproximaciones del Centro de Investigación y Competitividad Turística de la Universidad Anáhuac que conduce Francisco Madrid.
Posadas a todo vapor manual
La primera prueba de fuego para la recuperación de la Categoría 1 por parte de la Federal Aviation Administration viene la segunda semana de diciembre, cuando en una visita técnica de la FAA se revisarán las respuestas a las más de 300 preguntas de control que ofrezca la Agencia Federal de Aviación Civil ahora a cargo de Miguel Enrique Vallín, respuestas que se desarrollan bajo la presión de revisar y analizar manualmente miles de expedientes debido al hackeo que secuestró la información de esa agencia.
La ventaja para la AFAC es qué pese al hackeo, la nueva directiva ha tomado en serio la exigencia del subsecretario de transportes, Rogelio Jiménez Pons, para procesar todos los procedimientos extraordinarios para recuperar la Categoría 1 y los procedimientos habituales, aunque estos tengan que realizarse manualmente… y ese es precisamente el problema: la pobre dotación de equipamiento y de ciberseguridad que esa agencia padeció con la “austeridad republicana” que redujo casi 40 % su presupuesto en el primer trienio de este gobierno.
Es por ello qué los trabajos para rescatar la Categoría 1 se desarrollan sin las herramientas institucionales de la tecnología de la información, pues los archivos, documentos, permisos, expedientes y trámites están depositados en los servidores y computadores de escritorio que fueron hackeadas, de donde no se puede extraer ni procesar los materiales que permitirían avanzar con mayor rapidez. La falta de inversión en ciberseguridad y la abulia burocrática hacían posible que desde computadoras de trabajo se efectuaran comunicaciones personales, conectar plataformas de contenido como Netflix y hasta videos pornográficos.
Se trata de resolver de manera manual, a marchas forzadas, un muy serio problema generado por ahorros mal entendidos.
Y ahora el tiempo quema.