La recién estrenada secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, podría revisar —antes de exigirle explicaciones a las ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación— los salarios dentro del mismo Poder Ejecutivo donde las remuneraciones de los altos mandos de la Comisión Federal de Electricidad, a cargo de Manuel Bartlett, o del círculo directivo de Petróleos Mexicanos que dirige Octavio Romero, así como las percepciones que recibe el personal diplomático en el exterior que destacó en su momento el hoy excanciller Marcelo Ebrard.
Una de las consignas permanentes de Andrés Manuel López Obrador ha sido contra los “altos sueldos de la burocracia dorada”, por lo que una de sus primeras acciones fue decretar la reducción de los salarios a los empleados de las diferentes instancias del gobierno federal. Ello dio por resultado que el gobierno federal perdiera el talento de especialistas del sector eléctrico, petrolero, médico, tecnología de la información, aéreo y financiero que prefirieron pedir liquidación por anticipado o renunciar para buscar nuevos empleos en empresas privadas. Por ejemplo, un director de la subsidiaria de Pemex, luego del recorte por austeridad, podía obtener un salario entre tres y cuatro veces superior trabajando para petroleras estadounidenses o británicas e incluso en grandes firmas mineras en América Latina.
Y es que además de ver reducidos sus salarios, pues además de haberse topado como salario máximo el del Presidente, se agregaron recortes severos en prestaciones clave como seguro de gastos médicos, bonos y créditos, lo que llevo a la salida de cerca de 40 mil empleados de alto perfil… y lograr un “ahorro” de 5 mil millones de pesos en nómina.
Los embajadores rayados
No todo el personal diplomático en todos los países donde México tiene embajadas y consulados tiene una situación privilegiada, dado el costo de vida en el país anfitrión… pero hay casos emblemáticos. Por ejemplo, el embajador Miguel Díaz Reynoso, con casi 10 mil 200 dólares de sueldo mensual puede vivir como millonario en una isla donde simplemente no hay una paridad real con el billete verde. Otro caso, la embajadora Lilia Eugenia Rossbach que recibe arriba de los 12 mil dólares mensuales en un país donde se puede encontrar tipos de cambio por dólar desde 255 hasta 500 pesos argentinos. En Nicaragua, con 9 mil 227 dólares mensuales, Guillermo Zamora podría vivir con potentado… claro, siempre y cuando haya algo que adquirir en una economía devastada por la dictadura sandinista de Daniel Ortega.
Y si se considera que esos representantes reciben como prestación casa, alimentación —cuando menos en horas de trabajo— auto y facilidades para su familia, su salario es evidentemente mucho mas alto que el de López Obrador.
O sea que sí Alcalde Luján quiere cepillarse salarios que están por arriba de lo que cobra el inquilino de Palacio Nacional, bien podría voltear a ver los que existen dentro del mismo Poder Ejecutivo… porque, además, no le corresponde exigirle a uno de los Poderes de la Unión, exigirle explicaciones por las cuales sus 11 magistrados tienen percepciones por arriba de las de López Obrador por el sólo hecho de la alta responsabilidad de interpretar la justa aplicación de las leyes.
Los trabajos que no quiso Alcalde
No existe un registro preciso de la eficiencia terminal —o casos exitosos— del programa Jóvenes Construyendo el Futuro que ha becado con mas de 6 mil pesos mensuales a 2.2 millones de personas. Algunas fuentes, como la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, estimó que en 2020 la mitad de los egresados del programa consiguió quedarse en la empresa —u obtuvo otro empleo— que lo capacitó durante un año; otras fuentes, como la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados, estiman no mas de 33% en cada ciclo.
El programa no ha cambiado nada —salvo en el mayor monto de dinero por persona— desde 2019. Sus reglas son las mismas… las mismas que, por ejemplo, despreciaron la oferta que a principios de sexenio hicieron diversos organismos empresariales a la entonces secretaria del Trabajo.
Diversas agrupaciones ofrecieron a Luisa María Alcalde sus centros de capacitación para que los jóvenes recibieran una formación específica en oficios como mecánica, albañilería, electricidad, manejo de maquinaria y camiones. Pero la funcionario los rechazó argumentando que “los empresarios se quieren aprovechar, para su beneficio, de lo que el gobierno invertirá en el programa”.
Jóvenes Construyendo el Futuro tiene un segundo objetivo implícito, el de alejar a este grupo de población de las tentaciones de dinero rápido que ofrece el crimen organizado; juzgando los ya más de 160 mil asesinados en lo que va del sexenio, se puede afirmar que fracasó en sus objetivos explícitos… pero que ha facilitado la cooptación de votantes.
@mfloresarellano
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