No fue ninguna gracia que la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) recuperara la Categoría 1 en seguridad para México, y menos que esté claramente condicionada por la Federal Aviation Administration (FAA) a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación aplique los cambios legislativos recomendados y el cumplimiento de los estándares establecidos por la Organización de Aviación Civil Internacional que, por cierto, auditará a México en febrero del 2024, conforme el documento con que la encargada de la FAA, Polly Trottenberg, le hizo saber al general Miguel Enrique Vallín, que México salía de su degradación en Categoría 2.
No era para una andanada de autoelogios: la autoridad aérea del país tardó dos años y cuatro meses en recuperar el primer nivel de seguridad, uno de los períodos más prolongados que la autoridad aérea estadounidense ha mantenido degradado en Categoría 2 a un país económicamente importante.
Pese a que fue una buena noticia, tampoco fue ningún logro patrio: se cayó en Categoría 2 en 2021 por falta de experiencia, pericia y presupuesto en aras de una austeridad franciscana luego de que el encargado en aquel entonces de la AFAC, el general Carlos Rodríguez Mungia, minimizó la degradación y convenció a Andrés Manuel López Obrador (siempre convencido de las capacidades y probidad de las fuerzas armadas) de que se trataba de un asunto de soberanía nacional ante el injerencia de los Estados Unidos… por lo que nuestro país debía mantenerse firme ante el ataque que seguramente habían urdido los oscuros intereses imperialistas de Washington.
El entonces secretario de infraestructura, comunicaciones y transportes, Jorge Arganis, tanto por sus afecciones de salud, dejó correr el asunto también, creyendo que se trataba de una manifestación de enojo estadounidense por la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, que contaba con el aval del orgullo americano en materia aeronáutica, la Agencia Mitre, misma que también se había pronunciado fuertemente sobre las limitaciones en el manejo del espacio aéreo que tendría el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) como parte de un Sistema Metropolitano de Aeropuertos junto en el de la Ciudad de México y el Internacional de Toluca.
Recuperando el tiempo perdido
Tuvieron que llegar los golpes de realidad y un impacto económico calculado en 3,100 millones de dólares en pasajes no atendidos por las aerolíneas de bandera mexicanas, pero que ganaron las aerolíneas de bandera estadounidense. El nuevo secretario del ramo, Jorge Nuño, y el subsecretario de transportes, Rogelio Jiménez Pons se dieron a la tarea de rehacer las capacidades de la AFAC, y para lo que contaron sin duda con la habilidad y disposición técnica del general Vallín, quien sucedió a Rodríguez Mungia, pues fue removido por su abierta incapacidad de resolver el entuerto.
Fue año y medio de trabajo y asistencia técnica incluso por parte de la FAA… pero no bastó con ello.
Entre bambalinas se sabe qué se requirió de un acuerdo político directamente entre la administración de Joe Biden con la de López Obrador, acuerdo que habría sido expuesto directamente por el secretario de transporte del vecino país, Pete Buttigieg, quien estuvo en México en el 7 de septiembre pasado para expresar, entre otras cosas, la molestia de industria aérea de su país por la reducción unilateral de las operaciones en el AICM… que curiosamente, después de esa visita, se aplazó del primero del 31 octubre hasta el 8 de enero del año próximo.
No sabemos los términos del acuerdo, pero existen algunas conjeturas como el hecho de que un día después de recuperada la categoría, el gobierno federal apresuró velozmente la extradición de Ovidio Guzmán a EU. ¿Toma y daca? Pero para desempatar el tablero, el cuatroteísmo dispuso de la vergonzante presencia de destacamentos de ejércitos de regímenes represores (China, Rusia, Nicaragua, Venezuela) en el emblemático desfile militar del 16 de septiembre… precisamente cuando viene el nuevo panel de controversia que nuestros socios del T-MEC invocarán por la discriminatoria política energética de México.
Poco a poco quedará visto cuáles fueron los términos del acuerdo político, máxime que la Categoría 1 está bajo observación, condicionada, y se tendrá que hacer un esfuerzo permanente para conservarla.