Bajo las órdenes del primer ministro, Benjamín Netanyahu, Israel no sólo rechazó la última oferta de Hamás que implicaba la liberación de todos los rehenes israelíes, sino que ha dejado a los palestinos supervivientes acorralados y sin ninguna opción más que morir.
Y es que la más reciente advertencia del ejército de este país para los ciudadanos que se han refugiado en Rafah —al sur de la Franja de Gaza— es evacuar, antes de destruir la zona.
Pero no hay otro sitio a dónde ir.
La totalidad de la Franja de Gaza está bajo el control de Israel. Desde hace varios años, el territorio está rodeado de un muro de varios metros de espesor, y los accesos están fuertemente vigilados por soldados israelíes.
Asimismo, el norte, centro y las demás zonas de Gaza ya han sido devastadas por la milicia israelí.
Bajo estas condiciones, el único punto al que tienen acceso los palestinos es el mar Mediterrano. Pero tampoco se pueden adentrar mucho, ya que Israel también controla mar adentro.
El “desalojo” fue justificado una vez más por Israel como una acción para “acabar con Hamás”.
La decisión no ha pasado inadvertida para la comunidad internacional. La Organización de Las Naciones Unidas declaró que “no apoyaría de ninguna manera el desplazamiento forzado”, mientras que la organización Human Rights Watch (HRW) señaló que se trata de una orden ilegal que puede tener consecuencias catastróficas.
“Ya no queda lugar seguro en Gaza. La comunidad internacional debe dar pasos para evitar mayores atrocidades”, fueron las palabras de Nadia Hardman, investigadora de HRW sobre crisis de refugiados.
Asimismo, Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, alertó una vez mas de grave riesgo de genocidio. “¿¿Evacuación?? ¿PERO DONDE? No hay ningún lugar adonde ir. Amnistía Internacional reitera que los palestinos en Gaza corren un grave riesgo de genocidio. La comunidad internacional tiene la obligación de actuar para prevenir el genocidio”, publicó en redes sociales.
Las reacciones también se dieron entre los líderes de las naciones. Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, calificó el plan como alarmante y con consecuencias catastróficas.
“1.4 millones de palestinos se encuentran actualmente en Rafah sin un lugar seguro adonde ir y enfrentando el hambre. Los informes sobre una ofensiva militar israelí en Rafah son alarmantes. Tendría consecuencias catastróficas que empeorarían la ya terrible situación humanitaria y el insoportable número de víctimas civiles”, dijo.
Hasta el momento, el ejército israelí no se ha retractado de sus intenciones.
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BM