La violencia policial y la ineficacia y corrupción del gobierno han sido los factores detonantes de una protesta masiva en Lagos, capital de Nigeria. Y en este movimiento los jóvenes han sido uno de los factores fundamentales, ellos convocaron desde las redes sociales, pero se toparon con una violenta represión que hasta ahora ha dejado casi 60 fallecidos en las calles.
El martes de esta semana fue considerado, por ahora, como el día más violento a causa de las manifestaciones. Fueron 38 personas muertas, provocadas por el ejército y la policía, quienes dispararon contra los disidentes en la zona conocida como Lekki, en Lagos.
En varios videos reproducidos en redes sociales se observa a militares nigerianos disparando por encima de una muchedumbre que agitaba banderas y cantaba el himno nacional, lo que encendió la indignación y la cólera de muchos jóvenes más.
Nigeria es el país más poblado de África, con 200 millones de habitantes, pero además es el principal productor de petróleo en el continente. De acuerdo con Transparencia Internacional, ocupa el sitio 146 en su Índice de Percepción de la Corrupción, detrás de Botsuana, Ruanda y Mauricio.
Tal ha sido la indignación de los manifestantes que desde el sábado han ocurrido saqueos masivos en edificios públicos y almacenes de comida. Miles de personas entraron en un gigantesco almacén de alimentos en Jos Elpa —una ciudad en la zona central de Nigeria y capital administrativa del estado de Plateau—, donde robaron grandes cantidades de comida que debió ser distribuida en marzo y abril, cuando se decretó una cuarentena para hacer frente al coronavirus. Esto trajo consigo un toque de queda convocado por las autoridades, al verse desbordadas.
Pero este no fue el único saqueo. En la ciudad de Ede y en Calabar, el viernes pasado, miles de los manifestantes nigerianos también atacaron las residencias de dirigentes políticos.
“Escondieron toda esta comida desde el inicio del confinamiento (a finales de marzo). Todos los precios aumentaron. ¿Cómo hacemos para sobrevivir?”, declaró a la agencia francesa de noticias AFP, Mohamed Ibrahim. De acuerdo con este medio, en el almacén pletórico de sacos de comida, entre ellos granos y azúcar, se leía la leyenda: “No vender. Gobierno de Nigeria”.
Silencio por respuesta
Después de dos días de la represión, lo que atrajo condenas en todo el mundo, el presidente nigeriano Muhammadu Buhari no ofreció ninguna postura desde su gobierno. Este silencio ha sido muy criticado, por lo que varias personalidades mundiales han pedido su salida del cargo. Pero la presión mundial atrajo las primeras palabras de Buhari, quien en un mensaje televisado se dirigió a los manifestantes al pronunciar que “no socaven la seguridad nacional”.
Mientras las protestas bullían en las calles de la ciudad económica de Nigeria, su presidente envió otro mensaje, pero de advertencia: “Hacer otra cosa significará socavar la seguridad nacional y la situación de ley y orden. Esto no será tolerado bajo ninguna circunstancia”.