Galería | Desde el Cauca hasta Bogotá y más allá
Para dar visibilidad al trabajo colectivo en beneficio de la comunidad y a la ola de violencia en sus regiones, miles de indígenas marchan de manera pacífica en lo que ellos llaman la Minga Indígena, que es un referente para otras comunidades latinoamericanas
A pesar de Covid-19, el grito que encierra la Minga Indígena se hace indispensable. Vestidos con sus tradicionales colores verde y rojo, además de tapabocas y bastones de mando, más de cinco mil indígenas integrantes de varias comunidades autóctonas de Colombia iniciaron su marcha que llegará a la capital, Bogotá, a través de una movilización pacífica que a su vez enmarca un movimiento de resistencia.
Aunque no es la primera que recorre el país, en este año los organizadores de la Minga Indígena iniciaron su protesta en el departamento del Cauca y de ahí hacia Cali para reunirse con el presidente Iván Duque y expresarle su petición por detener la ola de violencia que afecta a los territorios nativos, el 12 de octubre, día en que se conmemora la llegada de Cristóbal Colón a América.
Pero luego de que esto no sucediera, la minga comenzaría su marcha hasta la capital colombiana a la que llegaron este domingo por la tarde.
Aunque parece que la minga es un movimiento local, esta protesta ha alentado pronunciamientos de otras comunidades indígenas en otros países del continente americano, por lo que este movimiento es una referencia en Latinoamérica.
“El principal objetivo por el cual nosotros marchamos hoy es la sistematicidad de masacres que se están presentando en nuestros territorios sin importarle al gobierno lo que nos sucede”, sostuvo en una entrevista concedida a la agencia de noticias AFP, Franky Reinosa, guardia indígena del Consejo Regional Indígena de Caldas, al oeste de Colombia.
Además de estas peticiones, los manifestantes reclaman la plena implementación del acuerdo de paz firmado en 2016 con la entonces guerrilla FARC, además del derecho a ser consultados acerca de la realización de megaproyectos en sus territorios.
A su llegada a la capital de Colombia, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, le dio la bienvenida oficial a la Minga Indígena en el Palacio de los Deportes, donde se albergarán durante su estadía por ser el lugar más bioseguro.
Pero la llegada de la minga también ha evidenciado las relaciones entre el gobierno local de Bogotá con el del presidente Iván Duque.
Y para botón de muestra, el perfil de Twitter de la alcaldesa bogotana da cuenta de ello con este mensaje: “Nos parecía mejor recibir la minga de común acuerdo con el Gobierno Nacional, como un gesto para aliviar tensiones. No quisieron. @Bogota se encargará, los recibirá y, como siempre, acordará con las organizaciones sociales, garantías para su movilización pacífica”.
Así, las mingas son vistas como una forma de debatir políticamente y buscar la reivindicación y soluciones a los problemas que vive su comunidad, y aunque tienen menos fuerza que en Bolivia o Ecuador, los nativos —que representan alrededor del 4,4% de 50 millones de colombianos— libran en el país una histórica batalla por la tierra, al bloquear la carretera Panamericana que une el sur con el norte del continente.