Futbolistas, con mayor riesgo de Alzheimer

13 de Noviembre de 2024

Futbolistas, con mayor riesgo de Alzheimer

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De acuerdo con un estudio, cabecear el balón con frecuencia aumentaría las posibilidades de 
desarrollar enfermedades neurodegenerativas

Los jugadores de futbol soccer tienen un riesgo 1.5 veces mayor de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como el mal de Alzheimer, que el resto de la población; esto sucede a pesar de que estos deportistas tienen una mejor salud y, por tanto, una mayor esperanza de vida.

Esta es la principal conclusión de un estudio publicado esta tarde en la revista The Lancet Public Health, que incluyó a 6 mil siete jugadores de futbol masculino que jugaron en la máxima división sueca entre 1924 y 2019, de los cuales el 9 % (537) fue diagnosticado con alguna enfermedad neurodegenerativa, en comparación con el 6 % de los sujetos tomados como controles.

Sin embargo, el riesgo registrado para que los jugadores desarrollen enfermedades de las neuronas motoras (como la esclerosis lateral amiotrófica) no aumentó, e incluso su riesgo de padecer enfermedad de Parkinson fue menor en comparación con el resto de la población.

A diferencia de los jugadores de campo, los porteros no tuvieron un mayor riesgo de demencia, por lo que el equipo de investigación consideró que la explicación del fenómeno puede estar en que los impactos al cabecear el balón, algo que rara vez hacen los porteros, son el factor que aumenta el riesgo.

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“La actividad física se asocia con un menor riesgo de demencia, por lo que se podría plantear la hipótesis de que los riesgos potenciales de los impactos en la cabeza se compensan en cierta medida con una buena condición física. La buena condición física también puede ser la razón detrás del menor riesgo de enfermedad de Parkinson”, explicó Björn Pasternak, investigador del Karolinska Institutet y autor principal del reporte.

En el reporte se aclaró que no se pueden generalizar las conclusiones de su estudio a los actuales futbolistas, pues la mayoría de los jugadores del estudio que tenían la edad suficiente para haber desarrollado alguna de estas afecciones jugaron futbol a mediados del siglo XX, y varias cosas han cambiado desde entonces.

Entre los cambios se puede considerar el hecho de que las pelotas ya no son de cuero sino sintéticas (las cuales no absorben agua y se vuelven más pesadas); sin embargo también mencionaron que el riesgo podría ser mayor entre los futbolistas actuales, pues entrenan y juegan más intensamente desde más jóvenes.

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