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Han transcurrido 17 años desde que comenzaron a implementarse en México las primeras restricciones para fumar en edificios y transportes públicos a fin de reducir el consumo de tabaco, luego se sumó el cobro de impuestos como inhibidor. Pero el número de fumadores se redujo sólo en 0.4 puntos porcentuales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el uso del tabaco continúa “siendo uno de los principales factores de riesgo” para la salud.
En su último informe establece que más de mil millones de personas consumieron tabaco, prevaleciendo los hombres, con 945 millones casos, frente a las mujeres, con 180 millones de consumidoras. Pese a que la prevalencia del tabaquismo está disminuyendo, en gran parte del mundo, señala la OMS, esta tendencia parece ser contraria en las regiones del Mediterráneo Oriental y africana.
La cifra de defunciones vinculadas al consumo del tabaco todavía en el 2030 será alta, alrededor de ocho millones de personas.
En el caso de México la disminución es poco significativa y el informe Global Burden of Diseases reporta que, cada año, más de 46 mil 400 personas mueren en México por enfermedades vinculadas al consumo de tabaco.
Sobre el perfil de los fumadores, al momento de leer la advertencia sanitaria en una cajetilla, según la Encuesta Nacional de Salud, 54.9% de los consumidores reflexiona sobre los daños del consumo de cigarro y 47% opina que las advertencias le hacen pensar en dejar de fumar, mientras que 28.1% contestó que estos mensajes evitaron que fumara cuando estaba por encender un cigarro.