La disyuntiva, la salud o que alcance la comida en el país. El gobierno optó por la segunda opción, contener la inflación sí o sí, y que la disponibilidad de alimentos sean suficientes, aunque no se garantice la sanidad en lo que ingresa.
El presidente Andrés Manuel López Obrador mostró un nuevo plan para contener la persistente y alta inflación en el país, la que no ha podido ceder pese a los esfuerzos desde su oficina con medidas como el subsidio a los combustibles, o un acuerdo con empresas para que mantengan los costos de los productos de una canasta de 24 productos que determinó son de los más necesarios para el consumo de los hogares mexicanos.
Pero esta maniobra se debe a que en la realidad la producción alimentaria no es suficiente para las mesas de los hogares mexicanos, así lo dio a entender en su discurso el secretario de Hacienda en Palacio Nacional:
“A diferencia de Estados Unidos, en donde la inflación es de demanda, en México es de oferta. Por esa razón, la mejor respuesta consiste en producir más alimentos y reducir costos regulatorios y logísticos por parte del gobierno y los productores para fortalecer esta oferta de alimentos”.
Es decir, nuestro país tiene una insuficiencia en la producción de alimentos, lo que se ve reflejado en la misma balanza comercial agroalimentaria que ya acumula tres meses mostrando déficit, cuando ese indicador ha tenido un saldo más favorable en los últimos seis años.
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El Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) que fue implementada desde el 4 de mayo pasado no fue suficiente, y ahora se hizo una ampliación de productos, pero también la apertura de la frontera a alimentos sin ninguna restricción sanitaria.
“Si no hay medidas, si no hay controles, imagínate, van a poder hacer lo que quieran los empresarios y toda la cadena, entre la distribución, el etiquetado, el almacenamiento. Hay reglas para cada una de estas cosas”, mencionó a ejecentral el doctor Marco Antonio Gutiérrez Madrigal, experto en temas de salud pública.
Una muestra de la dimensión que tiene esta decisión, los explican los números: De enero a agosto de este año, México ha importado 14 mil 183.5 millones de dólares productos agropecuarios.
De esa cantidad que ingresó por la frontera a México, hay productos que pueden significar un mayor riesgo a la salud. Se importan 854 millones 271 mil dólares en leche y sus derivados; 195 millones 544 mil, en huevo; 102 millones 347 mil dólares en ganado vacuno; 155 millones 345 mil por estómagos de animales o vísceras; y 76 millones 177 mil dólares en pescados, crustáceos y moluscos. Los especialistas enfocan el peligro en productos cárnicos o alimentos que no están procesados y que representen riesgos al consumidor.
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Por ejemplo, “tenemos problemas; en el caso de las vísceras, tenemos el problema del clembuterol en el hígado, y aún así con la autoridad no se han detectado bien, o no se controlan bien, ahora sin la autoridad presente va a estar peor”, dijo a este periódico el doctor en Ciencias en Ingeniería Bioquímica, Rafael Carbajal.
Y añadió: “Imagínate un partido sin reglas, es lo mismo que está queriendo hacer con esta situación el presidente, entonces van a comenzar a traer cosas ilegales, cosas de mala calidad, cosas contaminadas, etcétera. Son ejemplos que te doy sin alguien que lo regule y establezca reglas a la entrada de todos estos productos a México”.
El riesgo es tan alto, que Rafael Carbajal, quien también está a cargo del Departamento de Investigación de Bioquímica del Tecnológico Nacional de México, campus Santiago Papasquiaro, Durango “es preferible que no diera autorización de nada sin las medidas de control desde la Cofepris y la Senasica”.
Aunque el gobierno confía en las buenas prácticas y en el compromiso de las empresas que llevarán a cabo la verificación necesaria que asegure que los alimentos que se importan y distribuyen sean de calidad y se encuentren libres de cualquier peligro sanitario, para los expertos es latente un riesgo, ya sea por omisión o negligencia y que esto afecte la salud pública del país. Y podrían dar costos ocultos en la medida antiinflacionaria del presidente López Obrador, ya que caer en una enfermedad provocada por estos alimentos implicaría gastos al consumidor como en médicos y medicinas si no cuenta con alguna seguridad social.
Ganaderos enojados
Los líderes de las uniones de ganaderos del país se han mostrado preocupados ante el riesgo sanitario que significa la libre importación de carne extranjera a México, ya que una posible contaminación que llegase al ganado que producen, principalmente en las entidades ubicadas al norte del territorio nacional, y que son para exportación a Estados Unidos, se les pueda vetar por una contingencia sanitaria hacia ese país.
El mercado de exportación en los últimos tres años ha significado un ingreso de 30 mil millones de pesos al sector y miles de empleos, los que estarían en peligro de deteriorarse.
El presidente de la Unión Ganadera de Chihuahua, Álvaro Bustillos Fuentes, explicó a ejecentral, que ellos han invertido demasiado tiempo, esfuerzo y recursos a través de los años para poder tener ese valor agregado e incentivar a los productores a que salgan adelante y tengan más recursos que al último les permee más en sus bolsillos.
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“Entonces, el hecho de que vengan y quieran hacer acuerdos sin consultarse con nosotros, pues nos violenta porque entre los protocolos que tenemos con terceros, que en este caso es Estados Unidos, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), nos haría caer en el mismo estatus sanitario de Argentina”, señaló el líder ganadero.
Aunque el presidente López Obrador señaló que no debería preocupar esta acción a los ganaderos, ya que lo que se importará es carne, y no res en pie. Sin embargo, Bustillos señala “que tanto la carne en caja como el ganado en pie están amarrados en un solo protocolo, por ello es que nosotros nos pronunciamos en contra de dicho decreto que quiere hacer el Presidente”.
“No se vale tratar de ayudar a unos a costillas del sector que tanto trabajo, esfuerzo, tiempo, recursos le invierten”, recalcó el líder de ganaderos.
También recordó que “han sido una voz crítica de este acuerdo y así también reconocer a la Senasica que ha hecho bien su trabajo, no lo desconocemos, no está en beneficio de unos cuantos como dice el Presidsente, sino al contrario está para ser el organismo interlocutor o la dependencia dentro del gobierno que cuida la sanidad y certifica que nosotros podemos comercializar con otros países”.
Una mala práctica mercantil
Para el sector agropecuario del país lo ven como un riesgo sanitario, pero más como un peligro por la competencia desleal y posibles pérdidas económicas al entrar productos que no cumplan con las normas ante la nula vigilancia gubernamental, lo que también sería que puedan costar menos en el mercado a lo que ellos pudieron haber invertido en producir ese alimento.
Explicó a ejecentral Edgar Centeno, ingeniero agrónomo de profesión y también agricultor con mas de 15 años de experiencia en el municipio de León, Guanajuato.
Los rendimientos entre un país y otro pueden diferir, mientras que en México una hectárea puede dar 10 toneladas de un producto en otro país pueden dar 20 o 30, y con costos similares para producirlos, lo que obviamente impactaría en el precio de venta para la importación.
De esta forma los empresarios preferirán traerlo desde otro lugar al no tener restricciones en aranceles y por consecuencia, aquí en el país tendrían que descender los precios de los productores, y puede caer por debajo de los costos de producción que ya fueron devengados y tener un daño económico en sus hogares y en los hogares de los trabajadores que tienen contratados.
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“El consumo de agroinsumos hablando particularmente de los fertilizantes si te pega, porque entre menos alimento le des a una planta, entre menos nutrientes, menos rendimiento tiene”, explicó a ejecentral el agricultor.
Agregó que se tiene rendimiento perdido con el mismo costo ante el alza de precios. Por esta situación, muchos productores decidieron no sembrar o rentar las tierras, o simplemente meter un cultivo más económico, y esto ha recortado la producción agrícola del país.
›Denunció que la actual problemática del país se deriva en parte por un recorte en los apoyos al campo que ha tenido esta administración, por lo que muchos dejaron de sembrar alimentos, y en el caso de su región han optado para rentarlas para sembrar agave para la producción de bebidas alcohólicas.
Mencionó que un grave problema sanitario puede ser que un hongo o espora entre a nuestro país y llegue a los hogares, pero que también pueda contaminar al campo, y así ser causa de pérdida del cultivo.
Esto también representa una dificultad para quienes se dedican a la exportación, principalmente a Estados Unidos, al provocar que se les cierren las fronteras.
Sin dinero ante una nueva crisis sanitaria
De acuerdo con un estudio del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), el gasto en salud para la población sin seguridad social vería una caída de 2.1 % en su gasto per cápita. Mientras que no hay un plan ni presupuesto para una nueva emergencia sanitaria que podría provocar las fronteras sin vigilancia.
En uno de sus programas insignia, IMSS-Bienestar, para el siguiente año propone una disminución de 16.9 %, mientras que la Secretaría de Salud tendrá otro recorte de un 46.7 % en las partidas de medicamentos.
Aunque para el personal de Pemex e IMSS, el gasto per cápita en salud tendrá un aumento, para el INSABI (Instituto de Salud para el Bienestar), IMSS-Bienestar, y el ISSSTE será lo contrario.
Dentro del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2023 (PPEF) el gasto en salud sería el equivalente al 2.8 % del Producto Interno Bruto (PIB). En 2019, ese gasto fue del 2.47 %; para 2020 representó el 2.95 % del PIB, aunque hay que destacar que ese aumento se debió por dos motivos, a la caída de la economía del país, y un aumento en el gasto por la pandemia de la Covid-19.
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Mientras que para 2021 bajó a 2.66 %, y para 2022 podría alcanzar el 2.93 %, que es por el dinero que se usará para un mayor número de plazas creadas este año, aunque para el siguiente el porcentaje respecto al PIB será menor.
Según el Centro de Investigación, México necesita al menos el doble de lo que actualmente se le asigna para tener un mejor sistema de salud.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en México la cobertura de salud es la más baja de todos sus miembros.
Resalta que este bajo presupuesto en salud, limitó la capacidad de respuesta del sistema ante la crisis sanitaria de 2020.
Asimismo, el CIEP indicó que durante la pandemia los recursos que se asignaron fueron reasignaciones del gasto, y no meramente un incremento de los recursos.
Y ahora el riesgo en la salud pública que conlleva la contención de la inflación no hay una partida de contingencia para poder contener cualquier brote o crisis sanitaria futura.
Los rendimientos entre un país y otro pueden diferir, mientras que en México una hectárea puede dar 10 toneladas de un producto, en otro lugar del mundo pueden representar hasta 20 o 30, y con costos similares para su producción.
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