La división fue evidente desde un principio. En San Lázaro, si bien cinco de los seis partidos apoyaron la reforma, no hubo homogeneidad ante la oposición de Movimiento Ciudadano. Mientras que en las bancadas, incluso en las que suscribieron la iniciativa, también hubo resistencia a la reforma al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
El hecho de ir en contra de los espacios y oportunidades que grupos minoritarios han conseguido en los últimos años fue lo que encendió las alarmas y se diera marcha atrás. Sin embargo, a la par que los coordinadores de Morena, PRI, PAN, PRD, PT y Verde anunciaron el freno, advirtieron que perfeccionarán la propuesta.
Y es que tras seis intentos fallidos, el dictamen no pasó de la Comisión de Puntos Constitucionales, y los ecos que se provocaron causaron división al interior de los partidos, desde donde se acusó una maniobra de dirigentes como el morenista Mario Delgado y el priista Alejandro Moreno para extender sus mandatos. Incluso, en el partido guinda, la “rebelión” llegó al Senado, en donde un grupo de legisladoras aseguró que la propuesta no pasaría.
Esto en correspondencia a las diputadas, quienes fueron en su mayoría las que levantaron la voz contra la propuesta que buscaba hacer cambios en tres artículos constitucionales.
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Ante el clima adverso tanto dentro como fuera de San Lázaro, los líderes de los partidos impulsores decidieron dar un paso atrás. Argumentaron falta de consensos y refirieron los “cuestionamientos de la opinión pública”, aunque en el mismo pronunciamiento aseguraron que se buscaba vulnerar o restringir las atribuciones del Tribunal.
Ignacio Mier, líder morenista en San Lázaro, advirtió que se “perfeccionará" el dictamen para disipar dudas de que la finalidad de la iniciativa es fortalecer la vida democrática del país, pese a los señalamientos que acusan a los partidos (en específico a las dirigencias) de querer tener un mayor control dentro de sus organizaciones sin dar oportunidad al Tribunal de intervenir.
De esta forma, el Tribunal no se tocará por el momento. Solo por el momento, ya que para el perfeccionamiento del “diseño del dictamen” de la reforma se espera un Plan B, de la misma forma en que ocurrió con la reforma electoral que puso en guardia al INE y que actualmente se encuentra congelada tras impugnaciones y acciones de inconstitucionalidad.
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División en Morena por reforma al TEPJF se extiende al Senado