Hace unas semanas con motivo de una marcha organizada por la ciudadanía en la nota del pie de página de este espacio de opinión hablaba que la sucesión debe buscar la reconciliación del país.
El día de ayer, el titular del Poder Ejecutivo Federal, caminó por un poco más de seis horas del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México, sí alguien dudaba del poder de convocatoria del presidente Andrés Manuel López Obrador cayó bocas con los más de 1.2 millones de personas que se congregaron para escuchar el mensaje con motivo de los primeros cuarto años de gobierno los cuales se cumplen el 1º de diciembre. En México hemos tenido muchos tipos de liderazgo presidencial, pero me atrevo a decir, que ninguno tan carismático como el del actual Presidente y ello explica el lleno del zócalo y las muestras de querer verlo, tocarlo y sacar la foto con él durante todo el trayecto.
Lo cual seguramente no pasará con quien le suceda en el 2024, sin embargo, de forma y fondo: los mensajes deben de ponernos a analizar lo que como país institucionalmente queremos y con quién queremos que ocurra, así como el método con el que transitaremos de la actual administración a la siguiente.
Como país debemos de apostar a la educación, ya que es muy contradictorio escuchar que la senadora Sánchez Cordero, presentó una iniciativa de colegiación profesional, basándose en el argumento del control de calidad de ciertos profesionistas, sin tomar previamente cartas en el asunto del problema de legislación en materia de educación básica, media, media superior y superior, que nos permita tener un mejor país, con educación basada en estándares internacionales, con personas que cuenten con herramientas para su desarrollo individual y comunitario.
Así, sin duda, se generarían mejores ciudadanos y un país con conceptos éticos prácticos, con inteligencia emocional, con mejor manejo de la economía familiar y de las finanzas básicas para entender los mercados locales, nacionales e internacionales y tener más y mejores empresarios.
En consecuencia tendríamos emprendimientos productivos, dándole una mejor impulso a las remesas que nuestros paisanos envían y que agradeció el presidente Andrés Manuel López Obrador ya que sin ellas no podrían muchas de las familias mexicanas subsistir y salir adelante.
Lo anterior, nos lleva a ver que el Estado mexicano, puede trabajar de forma conjunta varios temas pero no delegar la seguridad y justicia. Estos últimos son los que dan visos de ser centrales para la sucesión del 2024, ya que, aún cuando en las estadísticas podemos decir que, el gobierno de México ha generado una disminución en la incidencia delictiva, esto no es algo que perciban las personas que viven en Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, entre otros muchos estados en los que la violencia se ha incrementado.
Los visos de la sucesión deberán de ser en el ámbito de la reconstrucción social, de la seguridad y la justicia con un gran reto respecto del acceso a las instituciones de salud para todos de ahí que en lo particular considero que la reconciliación entre los mexicanos sin etiquetas de “Fifí o Chairo” debe ser la apuesta de todos los aspirantes, tapados o destapados para la sucesión del 2024.
Nota al pie de página:
Quizá valga la pena, darle lectura o ver el video del discurso que pronunció el Rey Juan Carlos I de España cuando insta a la firma del pacto de la Moncloa de 1977.
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