El 13 de abril de 2020, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el Dictamen de reforma a ocho leyes federales para atender y castigar la violencia que se ejerce contra las mujeres en la esfera política, conceptualizando por primera vez el fenómeno, que consiste en toda acción u omisión dirigida a una mujer, por el hecho de ser mujer, que obstaculiza anula el reconocimiento, goce y/o ejercicio de sus derechos político-electorales o en el ejercicio de su encargo.
Varias de las conductas que dieron origen a la modificación de la legislación electoral, son prácticas como el fenómeno de que las mujeres tenían la candidatura y sus suplentes eran hombres y solicitaban licencia para que terminaran los hombres “supliendo” a las mujeres que habían ganado la elección. El momento histórico que México vivirá en el 2024 con un número nunca antes de puestos a elección popular con equidad y paridad entre el número de mujeres y hombres que podrán competir.
Algunas de las leyes modificadas y que buscan poner el piso parejo entre hombres y mujeres para la contienda electoral que termina siendo parte de la aplicación de la perspectiva de género como un Derecho Humano en el marco de un Estado Constitucional, Democrático y de Derecho son:
- Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida
libre de Violencia
- Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales
- Ley General en Materia de Delitos Electorales
- Ley General del Sistema de Medios de Impugnación
en Materia Electoral
- Ley General de Partidos Políticos
- Ley General de Responsabilidades Administrativas
- Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación
- Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República
Sin duda, la reforma es ambiciosa y debe ser integral, en razón de que busca romper con muchos paradigmas del machismo y pacto patriarcal que en México sobra decir, data desde épocas precolombinas, y desde entonces hasta la fecha se ha creído que las mujeres no pueden ocupar puestos de alta dirección y mando en ningún aspecto. Hoy no debemos de pensar que la paridad se da sólo por ser hombres y mujeres; a lo que debemos de aspirar es que quien llegue a ocupar cualquier cargo o puesto de elección popular debe ser él o la mejor para ello, no merecemos menos.
De forma y fondo, hay que ser muy cuidadosos con la violencia política de género y conocer muy bien las implicaciones de la reforma en la materia, para saber distinguir entre algo administrativo, algo interno en los partidos y cuándo es un delito electoral. Ello viene a colación ya que en días pasados, se hicieron virales varios videos, a través de las redes sociales; todos tienen que ver con los precandidatos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que están compitiendo por ser quien vaya como abanderado a buscar la presidencia de la República para las elecciones del 2024.
Uno de ellos tiene que ver con el reclamo que hace la entonces jefa de gobierno de la Ciudad de México al presidente del consejo. Podría considerarse como violencia política de género en razón a ser la única mujer que hace el registro de precandidata, y que los simpatizantes de los adversarios —que todos son hombres— la reciben con manifestaciones adversas hacia su persona y su candidatura, y el presidente del consejo —que también es hombre— lo deja pasar.
Nota al pie de página:
Mi reconocimiento a los periodistas Víctor Emmanuel Valles Mata y Adrián Tinoco de N+; quienes fueron galardonados en la categoría de reportaje narrativo con el premio Rey de España de Periodismo 2023 con “Fentanilo: Futuro para el narco, muerte para la humanidad”.