Una de las actividades más antiguas de la humanidad es la minería. Su origen en México data de hace más de 900 años y desde la época precolombina los aztecas dieron mucha importancia a la explotación del oro.
Para la época de la Colonia, sin duda nuestro territorio, era algo muy importante para la corona española, pues la riqueza de minerales, generó que se fundaran las ciudades más importantes. Entre ellas, Durango, Chihuahua, Guanajuato, Monterrey, Pachuca, San Luis Potosí y Zacatecas. En 19 años (1534-1553) descubrieron cinco desarrollos mineros en Guanajuato, Real del Monte, Pachuca, Taxco, Santa Bernarda Fresnillo, Zacatecas.
En el caso de Coahuila, la historia de su desarrollo y progreso se relaciona con la minería como actividad principal desde la época de la Colonia, con la fundación de Minas de la Trinidad, en 1577, origen la hoy ciudad de Monclova.
La entidad cuenta con una excelente infraestructura minero-metalúrgica y vías de comunicación, destacando la fundidora de metales en Torreón, fundidora de hierro en Monclova, plantas carboeléctricas en Nava, así como plantas de beneficio y transformación en diversas localidades.
Coahuila participó en el año 2020 con el 1.23 % del valor total de la producción minera nacional, ocupando el primer lugar en la producción de cadmio, fierro, carbón, celestita, sílice, sulfato de magnesio y sulfato de sodio; tercer lugar en la producción de dolomita; cuarto lugar en barita y fluorita; quinto lugar en caolín y plomo; séptimo en plata, zinc, arcillas y, en menor producción oro, cobre, agregados pétreos, arena, caliza, grava y yeso.
Sin duda, de forma y fondo esta actividad resulta de suma importancia para el país y es una actividad de seguridad nacional. Como muchas actividades que comparten esta categoría, han tenido problemas que nos permiten hacer un análisis y reflexión.
En Coahuila se han presentado varias tragedias con pérdidas irreparables; las causas son multifactoriales por falta de supervisión en la operación de las minas tanto de las autoridades federales, locales y sindicales.
Un ejemplo es la tragedia en la mina Pasta de Conchos, ocurrida el 19 de febrero de 2006, donde a causa de una explosión por acumulación de gases colapsaron varios túneles en la mina de carbón, ubicada en el municipio de San Juan de Sabinas, conocido como Nueva Rosita, Coahuila.
Hace unos días en el mismo municipio, hemos sido testigos de otra historia trágica: el 3 de agosto quedaron atrapados diez mineros producto de un derrumbe en los túneles de esta mina; cada hora qué pasa sin hacer el rescate, lamentablemente resta posibilidades de rescatarlos con vida.
Sin embargo, se ha buscado hacer un desagüe a través de un sistema de bombeo con más de 19 bombas. Es un asunto que ha merecido incluso la visita del titular del poder Ejecutivo federal para supervisar las labores de rescate relativas al derrumbe que generó la inundación.
Lo ocurrido nos debe generar un compromiso con los mineros y sus familias, ya que viven y trabajan en muy malas condiciones, a pesar de ser un trabajo muy riesgoso; pues hemos conocido de líderes de sindicatos ricos, sin experiencia en la materia pero con su representación y la mayoría de las minas opera a través de concesiones para empresas extranjeras y pareciera que lo recordamos sólo si hay una tragedia.
Nota al pie de página:
Es una buena señal que hayan zarpado varios navíos desde Ucrania con granos. Deseo que Rusia modifique la forma en que está afectando a un país que no compite en el mundo con él.