Hace unas semanas, escuchaba a un rejoneador en una entrevista, platicando de que estaba próximo su retiro, por dos razones el desgaste físico que tuvo en sus mejores años de toreo a caballo y por cambio generacional, que aún cuando es un hombre maduro, su hijo está recién tomando la alternativa como rejoneador, siguiendo sus pasos. Refirió que el mejor momento para retirarse en el toreo y aplica para todas las profesiones es, cuando aún sales en hombros y cortas orejas, rabos y das una o dos vueltas al ruedo entre palmas del público aficionado, que también aplaude al toro que dio todo de sí para morir dignamente en el ruedo después de una vida llena en el campo bravo. Si alguno de los lectores no fuera aficionado a los toros como su servidora, más allá de villamelón, el mismo ejemplo ocurrió con el cantante Vicente Fernandez quien sabía que él sería una leyenda de la música mexicana en vida, retirándose con una gira de llenos totales incluido el estadio Azteca y dando paso al espacio estelar a su hijo Alejandro Fernández, quien ya también acompaña a su hijo para ser la tercera generación.
Y el análisis del retiro digno y a tiempo, vino a mi mente, después de haber leído varias notas de algunos de los integrantes del gabinete que acompaña al Presidente, que parecen no tener llenadera en el ejercicio del poder y que acompaña una serie de toma de decisiones sin fuerza, física y mental, entre los titulares de instituciones que pasan de 70 años de edad, están SEGOB, SCT, CFE, CNI antes CISEN, ST, FGR, SS
No tengo nada en contra de personas experimentadas, de más de 70 años, sin embargo, creo qué hay que dar paso al cambio de brecha generacional, el país necesita personas con energía para todo y los experimentados, deben ser asesores. Eso ocurre desde la Roma antigua y en la modernidad en todos los países, más los que tienen un bono demográfico joven como México, el cual está próximo a estancarse. Si esto se repite, mi generación va a impedir que las generaciones que ahora tienen entre 20 y 30 años atrasen su desarrollo.
El mejor ejemplo de saber retirarse a tiempo, es lo qué ocurre con el ejército, tienen un límite para retirarse, vinculado con el nivel más alto, es decir, los generales de división se retiran a los 65 años. En la iglesia católica es con el grado de cardenal a los 70 años.
Aunque hay algunos que lo pasan por alto y en retiro o jubilados continúan con actividades, ocupando actividades de primer nivel, a pesar de tener una salud un poco precaria y falta de disposición para cumplir a cabalidad el encargo.
De forma y fondo, y con miras al 2021 el Presidente debe de repensar, si nos va a dar el voto de confianza a los adultos jóvenes para terminar de darle la vuelta a la tuerca con la energía requerida para combatir en serio la corrupción y la impunidad, si se va a dejar acompañar por mujeres en todos los niveles, basados en las competencias o si como hasta ahora, cambiamos para seguir igual, que eso ya es un decir.