En días pasados Luisa María Alcalde Luján, Secretaria de Gobernación (Segob) envió una carta a la Ministra presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a través de la cual le requería se cumpla con el mandato normativo relativo a que nadie debe de ganar más que el titular del Poder Ejecutivo federal. No tuvo eco, en razón de ser un poder autónomo e independiente y a los principios rectores de la entrada en vigor de la ley y sus efectos jurídicos, respecto de quién previamente ya tiene derechos adquiridos.
Sin embargo, esta acción es una más de las que ha puesto sobre la mesa el titular del poder ejecutivo federal, hace poco más de un mes, refirió que es necesario hacer una reforma profunda al Poder Judicial Federal, ya que a consideración del Presidente de la República, los jueces, magistrados y ministros deberían de ser electos de forma directa por los gobernados.
Resulta pertinente hacer el análisis de hecho y de derecho, sobre todo, debido a que las Instituciones tienen una razón de existir, la teoría del Estado, habla de división de poderes, para que se garanticen los derechos, obligaciones y funciones que equilibren el ejercicio del poder y los recursos que vía impuestos los gobernantes aportan para que el Estado retribuya en servicios, y se procure a toda costa un Estado Constitucional, Democrático y de Derecho. Es así que el Poder Ejecutivo debe de administrar y generar acciones de gobierno y rendición de cuentas; sin olvidar garantizar la división de poderes, un contrapeso debe ser el Poder Legislativo ya que debe de hacer uso de la consciencia de la representación ciudadana y agenda de Estado a partir de la creación de leyes que garanticen el buen funcionamiento del Estado y por último el Poder Judicial Federal, que debe garantizar la impartición de justicia y la constitucionalidad de todos los actos de las autoridades, a fin de garantizar a los gobernados que prevalece el Estado de Derecho.
La propuesta concreta de que sean electos directamente los miembros del Poder Judicial Federal, resulta poco práctico y viable, en virtud de que la ciudadanía no tiene la costumbre de enterarse y estudiar los perfiles de los políticos; cuantimenos de personas que toman decisiones relativas con temas muy técnicos; sería una buena idea salvo que se respetara sino si; el servicio civil de carrera y solo aplicará para los ministros y se quitará la designación del ejecutivo de termas y las ternas solo fuera de los miembros de carrera más cualificados, etc.
De forma y fondo, es necesario hacer una revisión de varios factores, que si podrían ser materia de una reforma judicial, por referir algunos temas de los cuales deberemos de profundizar el análisis en otro momento considero se requiere:
- Evitar el el Consejo de la Judicatura Federal sea presidido de forma simultánea por el Ministro Presidente en turno, en cierta medida hay conflicto de intereses.
- Minimizar el número de Ministros y de Consejeros.
- La operación requiere un número importante de más distritos judiciales, tanto en juzgados de Distrito especializados como de Tribunales Colegiados de Circuito.
- La Creación de juzgados y tribunales especializados en constitucionalidad, diferenciado por materia (penal, civil, militar, laboral, mercantil, administrativo, energético, amparo, etc.), y de violación a los derechos humanos (género, grupos de atención prioritaria, etc.).
- La especialización y su departamentalización permiten organizar de mejor forma cualquier institución.
- Quizá no debe estar duplicada la estructura de administración y finanzas de la SCJN y del CJF.
Sin duda, hay que acompañar la reforma judicial con la revisión de la Ley de amparo, pues el origen de muchos problemas es que se ha hecho uso y abuso de esta figura jurídica, lo que hace interminables los litigios. Así que como todo es perfectible, vale la pena someter a análisis y discusión la reforma del Poder Judicial Federal; pero no por el capricho de nadie, sino por la necesidad de darle mejor rumbo y estabilidad al país; en donde no existan ministros cuestionados ya sea por los manejos de recursos y de conflicto de intereses, de faltas universitarias para obtener un título, por falta de congruencia en la ideología jurisdiccional, etc.
Nota al pie de página:
En Paz Descanse, Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega, conocido como Porfirio Muñoz Ledo, fue un político, politólogo y diplomático izquierdista mexicano. Fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y de MORENA; quizá el último ideólogo político del Mexico moderno.