La Revolución Mexicana fue un conflicto armado que se inició en México el 20 de noviembre de 1910. Los antecedentes del conflicto se remontan a la situación de México bajo la dictadura de Porfirio Díaz, conocida como el porfiriato. Este periodo abarca de 1866 a 1911, en el que se experimentó un notable crecimiento económico y tuvo estabilidad política; estos logros se realizaron con altos costos sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz.
Por lo tanto, la crisis del campo y de los trabajadores, en su mayoría en empresas controladas por el capital extranjero; tuvieron como consecuencia un descontento en crecimiento con el porfiriato. Es importante decir que Porfirio Díaz fue un hombre muy culto, educado y visionario; parte de su historia personal es que fue político y militar; educado en el Instituto de Artes y Ciencias de Oaxaca, en el mismo lugar en donde estudió Benito Juárez, pero la historia no le ha hecho justicia. Desde mi particular punto de vista, fue alguien adelantado a la época y se dice que el tema de ser “dictador” se debía a que no había quien diera continuidad al proyecto de nación y que faltaba tiempo para que se acortaran las brechas sociales de la época.
El conflicto armado tuvo una duración del 20 de noviembre de 1910 al 21 de mayo de 1920; así como la Independencia, el problema no sólo fue el conflicto armado, sino la estabilidad política, la cual finaliza con la toma de protesta el 1 de diciembre de 1920 del presidente Álvaro Obregón. Sin embargo, para que ello ocurriera, se dieron una serie de eventos históricos que trajeron aparejados la creación de derechos posrevolucionarios.
Por un lado, se generó el derecho electoral, pues un ideólogo y líder revolucionario como Francisco I. Madero pudo unificar a los antiporfiristas y demócratas de la época. Resultó electo Presidente de México, gobernando de 1911 a 1913, año en el que fue derrocado y asesinado junto con el vicepresidente, José María Pino Suárez, en el golpe de Estado conocido como la Decena Trágica. Es importante retomar sólo un poco lo comentado en la columna anterior: Madero era un empresario, ideólogo político y escritor norteño, nacido en Parras de la Fuente, Coahuila. Con educación en Lycée, Hoche (Versalles, Francia), Universidad Mount St. Mary’s (Maryland, Estados Unidos), École des hautes études commerciales de Paris – HEC París (Escuela de Estudios Superiores de Comercio) y en la Universidad de California en Berkeley. Sin duda un hombre muy preparado para su época y para la nuestra.
Después de Madero, en el gobierno se dio la rebelión de Pascual Orozco; el golpe de Estado y fusilamiento de Madero y Pino Suárez; el establecimiento de Victoriano Huerta como presidente interino, que dio paso a la presidencia de Venustiano Carranza. Carranza también nació en Coahuila, era de Cuatro Ciénagas, fue empresario, militar y político; además, generó el derecho militar como lo conocemos hoy en día, siendo el primer jefe del Ejército Constitucionalista. Estuvo a cargo del Poder Ejecutivo Federal del 13 de agosto de 1914 hasta su asesinato el 30 de abril de 1917.
En materia de Derechos, fue esta época cuando se promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que está vigente hasta nuestra época; la cual ha sido de vanguardia ya que contempló en su momento derechos básicos individuales (garantías individuales), colectivos y sociales. Entre ellos los siguientes:
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Forma de gobierno, republicana, representativa, democrática y federal;
· División de poderes: Ejecutivo, Judicial y Legislativo, el cual se distinguió por primera vez en cámara de Diputados y Senadores;
· Se ratificó el sistema de elecciones directas y la no reelección;
· Se creó el municipio libre;
· Se estableció un ordenamiento agrario relativo a la propiedad de la tierra;
· Reconoce las libertades de culto, expresión y asociación;
· Establece como derecho la educación laica y gratuita;
· Reconoce la jornada de trabajo de máximo 8 horas.
Nuestra carta magna magna está compuesta de 136 artículos y 19 transitorios contenidos en nueve títulos:
I.
De las garantías individuales;
II.
De la soberanía nacional y de la forma de gobierno;
III.
De la división de poderes;
IV.
De las responsabilidades de los funcionarios públicos;
V.
De los estados de la Federación;
VI.
Del trabajo y la previsión social;
VII.
Prevenciones generales;
VIII.
De las reformas a la Constitución y;
IX.
De la inviolabilidad de la Constitución.
De forma y fondo, la época posrevolucionaria, sin duda, construyó los cimientos y andamiaje del Estado Moderno, Constitucional, Democrático y de Derecho que hoy por hoy persiste. Lo triste es que, hoy 20 de noviembre de 2023 a más de 100 años, seguimos sin cambiar las causas de esa revolución armada; quizá ahora debe ser como la francesa, identitaria, ideológica, congruente y con lo que hoy necesita el país y cómo lo vamos a lograr, parte del ejercicio de los derechos se verá reflejado en la jornada electoral de 2024.
Nota al pie de página:
Deseo el mayor de los éxitos a las tres mujeres que integran la terna para ser designada ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tengo el gusto de conocerlas y todas son excelentes personas, con cualidades distintas. Tarea complicada para el Senado, el definir quién será la integrante número once.