El miércoles 3 de febrero, dimos cuenta de la detención de Mario Marín, conocido por la famosa frase de “Mi Gober Precioso” “Eres el héroe de la película papá”.
Su aprehensión es una consecuencia natural de haberse acreditado la tortura de la que fue objeto la activista y periodista Lydia Cacho Ribeiro, todo inició en 2005, derivado de la publicación del libro “Los demonios del edén”, en el que denunciaba la existencia de una red de explotación sexual infantil en la que estaban involucrados empresarios y políticos mexicanos.
No quiero hacer muy larga la narrativa, pues básicamente ocurrió que la publicación generó que algunos personajes de la vida política y empresarial poblana, se sintieron “calumniados” por la periodista, que generaron una investigación muy poco objetiva en su contra, llegando a la obtención de una orden de aprehensión, que fue cumplimentada por autoridades poblanas en el Estado de Quintana Roo, lo peculiar de esto fue el trasladado de la periodista detenida, fue terrestre, fue sujeta a vejaciones y torturas a cargo de los agentes aprehensores, durante varias horas que duró el traslado.
El caso llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la resolución del pleno fue definir que, si bien es cierto había una serie de violaciones a los derechos humanos, de la periodista y activista, no era materia de competencia directa como lo fue el caso de “Aguas Blancas”, y obligaba a la periodista a optar por el juicio de amparo.
No obstante, Lydia Cacho junto con Articule 19, obtuvieron una serie de medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, (CIDH). Y la denuncia del delito de Tortura fue tema de una averiguación previa que a partir del 2012, conocí personalmente al ser titular de la Fiscalía Especial para la Investigación de Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE).
Del anecdotario de FEADLE, hemos tenido varias reuniones y llamadas telefónicas recordando, cómo en este y otros casos que ahora son noticia hicimos la estrategia para hacer la consignación, Edgar Nieves Osornio tuvo la encomienda, de obtener la orden de aprehensión, en su momento, tanto Víctor Juárez como Aaron Espinoza, el fiscal mixto y el director de averiguaciones previas de ese entonces, estuvieron revisando los medios objetivos y el pliego de consignación, sabíamos que es investigación era compleja, sin embargo, estábamos convencidos que la viabilidad del manejo de conflictos de competencias, de pruebas que podían permitir en primer término ir por los autores materiales de la tortura (agentes aprehensores) que también dentro de su defensa, optarían por declarar en contra de los autores intelectuales.
De forma y fondo, me alegra saber que he sido parte de procesos de justicia a nivel tanto local como federal y este capítulo de mi vida profesional, no hubiera sido posible sin el ahínco tanto del equipo que me acompaño en su momento en la FEADLE como de la representación de la coadyuvancia de Lydia Cacho y Leopoldo Maldonado entre otros abogados de Articule 19.