Este fin de semana largo, que conmemora el aniversario de la Revolución Mexicana, como desde hace algunos años, tuvo verificativo el fin de semana de las compras prenavideñas, versión mexicana del denominado viernes negro del país vecino.
Las organizaciones de comercio nacionales y locales unificaron los criterios para mover la economía, esto implicó un descuento sobre el 30% del valor de las mercancías y el pago con tarjetas de crédito a meses sin intereses por períodos que van desde los tres y hasta los 24 plazos mensuales.
Sin duda es un esfuerzo por mover la economía, es claro que nadie vería el tema como de seguridad nacional, pero la movilidad de las mercancías antes, durante y después, sin duda lo es. La movilidad y monitoreo de la gente en pandemia, bajo los criterios de la “nueva normalidad”, también lo es. En muchos centros comerciales, las escaleras eléctricas estaban igual de saturadas que las de las instalaciones del Metro.
En los próximos días, nos dirán las autoridades del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), cuál fue la derrama económica y qué comercios defraudaron a los compradores con aumentos previos y supuestas ofertas de descuentos del Buen Fin.
Además, también deberíamos preguntarles a los bancos qué comportamientos se dan en los fraudes bancarios, ya que muchas plataformas de compras en línea incrementan sus operaciones de venta.
De forma y fondo, estas decisiones de la iniciativa privada en conjunto con el Gobierno han arrojado a lo largo de estos años beneficios en favor de todos, sin embargo, en el esquema de la “nueva normalidad” quizá valía la pena establecer requisitos de constancia de vacunación y verificación sanitaria de los espacios. En Europea ya iniciaron con la cuarta ola de contagios del COVID-19; el país vecino a partir del 8 de noviembre endureció los controles de viajes para poder abrir las fronteras; y la impresión que a mí me dio, es que en México no hemos aprendido ni nuestras propias lecciones y menos tomado las del extranjero.
Nota al Pie de Página:
Es histórico el que México presida el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas. El discurso del Presidente pone el dedo en la llaga; sin duda, la desigualdad y la pobreza son causa de violencias e inseguridad. Como hasta ahora el Canciller y su equipo se han desempeñado a la altura de las circunstancias e hicieron que el Presidente fuera escuchado en todas las latitudes, a grado tal que se puede generar un encuentro próximo por los países de Norte América.