La semana pasada, el Palacio Nacional tuvo de invitados a varias de las autoridades del más alto nivel del gobierno de los Estados Unidos de América, entre ellos el Procurador General de la República y el Secretario de Seguridad del Interior del país vecino.
El Gobierno de México atendió la reunión encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el Canciller y todos los miembros del gabinete de seguridad, (Sedena, Marina, Segob, FGR, SSPC, entre otros). Entre los temas de la agenda estaban el cierre de la iniciativa Mérida, que en su momento fue parte de la estrategia de la “guerra contra el narco” que en el sexenio de Felipe Calderón, generó el equipamiento de la extinta Policía Federal de Genaro García Luna.
La conclusión de la visita se tradujo en la generación de una nueva agenda que buscará que la composición de la relación bilateral sea más cualitativa que cuantitativa, pues se buscará que la anterior iniciativa Mérida ahora se denomine: “Entendimiento Bicentenario” .
Los temas de los que va a versar el “Entendimiento Bicentenario” son: Seguridad, Salud Pública y Comunidades Seguras. El Canciller fue muy enfático en decir: “No queremos nos envíen helicópteros artillados, armas de fuego”.
Se puede decir que, en términos generales, lo ocurrido fue algo similar a poner la primera piedra en esta nueva forma de buscar la interlocución con el país vecino del norte, ya que el Canciller colocó -por ejemplo- un tema que desde hace varios años algunos servidores públicos referimos y es que las extradiciones activa del Gobierno de México no se atienden en las mismas proporciones con la diligencia y urgencia que las extradiciones pasivas que se tramitan a cargo del Gobierno de México. En otras palabras, la reciprocidad internacional no se estaba aplicando de forma correcta e integral. Habrá que ver qué se plasma y cómo se cumplen los compromisos bilaterales con nuestro socio comercial y vecino del norte.
De forma y fondo, las señales de que el Presidente de México esté tratando con funcionarios que no son pares a él tiene muchas lecturas, pero dejémoslo para otro momento y seamos optimistas en que es la intención de ser un anfitrión atento e interesado por lo que ocurra con el tráfico de armas y los procesos de cooperación internacional.
Nota al pie:
Que Emilio Lozoya haya sido captado comiendo el sábado en lujoso restaurante del poniente de la Ciudad de México, es la evidencia obvia de la necesidad de la creación del órgano desconcentrado de cumplimiento y seguimiento de medidas cautelares federal, a cargo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, ya que al día de hoy nadie ha dado una explicación del funcionamiento y vigilancia del arraigo domiciliario y/o brazalete. Con independencia del alegato con motivo del juicio de daño moral de Lourdes Mendoza.