Caso Djokovic, un ejemplo al mundo

26 de Diciembre de 2024

Laura Borbolla
Laura Borbolla

Caso Djokovic, un ejemplo al mundo

LauraBorbolla-Web

En días pasados, uno de los mejores deportistas del mundo en la historia de todos los tiempos, el tenista serbio Novak Djokovic, fue deportado después de haber perdido la batalla judicial con el gobierno de Australia. La causa de la deportación fue básicamente porque es una persona que forma parte del movimiento antivacunas, que ha retomado fuerza en distintas partes del mundo, especialmente Europa. El gobierno australiano estableció reglas muy rígidas frente a la pandemia, como el que, todos y sin excepción tengan el certificado de vacunación para que puedan estar en espacios públicos.

El abierto de Australia es uno de los campeonatos de tenis más importantes del mundo, es el caso que el tenista Djokovic intentó ingresar al país para participar en ese torneo. El gobierno australiano ha hecho muchos esfuerzos por proteger a su población y el ingreso del tenista, el pasado 6 de enero, fue irregular, ya que mintió respecto de la cuarentena, pues recientemente había tenido contacto con la Covid-19.

La visa fue suspendida en dos ocasiones y después de 16 días de litigios; el tribunal australiano determinó la deportación del tenista en un vuelo con destino a Dubái. El argumento fue: “Nadie está por encima de la ley” y “privilegiar la salud, como un interés público”.

De forma y fondo: los australianos le han dado una lección al mundo. El análisis y la reflexión es qué tanto el Estado mexicano tiene el nivel del australiano, y qué tanto los mexicanos el de Djokovic.

Lo trascendente de lo aplicado por el gobierno australiano es que hicieron valer la ley, a pesar de la popularidad del tenista Djokovic, prevaleció el Estado Constitucional Democrático y de Derecho australiano, por encima del interés económico y político. El privilegiar la salud pública como un interés supremo del Estado es elevar cualquier tema relacionado con la pandemia a un interés de seguridad nacional, y la ejemplaridad no es sólo del gobierno australiano a sus nacionales, sino al mundo. Evidentemente esto puede suceder en cualquier país, bajo diversos eventos y premisas.

En el imaginario, suponiendo que El Checo Pérez fuera antivacunas, lo cual no lo es, no imagino al gobierno de México no dejándolo competir en su país. Ahora que será el mundial de la FIFA en Qatar, país que obtuvo la sede basado en actos probados de corrupción, ¿se imaginan que no dejen jugar a alguna estrella del futbol mundial por ser antivacunas?

Lo correcto es lo que hizo Australia, no excepcionar la ley, por nada ni nadie; pero con países con altos índices de corrupción, quizá el principio que rige el Estado de derecho de nadie está por encima de la ley, podría buscar muchos mecanismos de excepción. Por ejemplo, en México, se cuenta con la perversión de la figura jurídica del “amparo”, entonces, sigue la reflexión… En México cuáles son las señales, si tenemos un secretario federal del ramo que dice que a sus nietos no los va a vacunar y que si se enferman, se trate la enfermedad con tés y Vick VapoRub; eso no es ver a la salud como un tema de interés público y seguridad nacional, estas son cosas de forma que hacen que todo sea de fondo.

Nota al pie de página:

Uno de los funcionarios del gobierno de México que cumple con el perfil para el trabajo y lo hace bien, es el canciller Marcelo Ebrard, quien fue premiado “persona del año 2021”; ello por la nominación que realizó la Asociación de Control de Armas del país vecino del norte. La demanda contra de varios armeros y la visión del “convenio del bicentenario” hace que las cosas se puedan hacer diferentes y el resultado sea distinto.

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