El 20 de noviembre fue el aniversario 112 de la Revolución Mexicana, que se conmemoró con un desfile militar y en el que se tuvo participación de carros alegóricos, junto con eventos importantes relacionados con la Revolución y la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Además, varias tropas del Ejército mexicano representaron a los villistas, zapatistas, a los divisionarios y no podía faltar la presencia de las adelitas.
Sin duda, recordar un evento histórico es importante, aún más cuando por azares de la vida en este año coincidió con varios eventos a nivel nacional, como el Buen fin, que resulta una jornada de reactivación económica en general que es lo más similar al fin de semana de Acción de Gracias anglosajón.
Internacionalmente coincidió con la inauguración del Mundial de fútbol organizado por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) con sede en Qatar, en un lugar en el que por las condiciones climáticas en verano hubiera sido catastrófico para los jugadores y afición, pues las temperaturas en el verano que es cuando normalmente se realiza cada cuatro años en Qatar son de arriba de 40 grados Centígrados.
Que el fútbol sea uno de los deportes que une a muchas personas de diferentes latitudes, culturas, idiomas, religiones y razas, debe ser una festividad, pero ¿cuál es el reto de México en este mundial? Para los seleccionados cumplir con pasar a la siguiente etapa, ya soñado es jugar el partido número 5; pero para la afición mexicana en aquel país del Medio Oriente, comportarse a la altura.
El país anfitrión es de aquellos que profesan el Islam, que tienen usos y costumbres con sesgos muy machistas, la vestimenta para las mujeres es con características que no permiten enseñen las piernas o tengan descubiertos los hombros, no se permite la ingesta de alcohol salvo en las zonas de aficionados y algunos hoteles.
Este mundial, será fastuoso ya que gracias a la producción petrolera es de los países más ricos del mundo, pero también hay historias de corrupción en torno a la asignación de esa sede, y la construcción de los estadios ha estado llena de historias trágicas de pérdida de vidas de los empleados de la construcción. Sin embargo, cada mundial nos llena de expectativas y nos da una probadita de otras formas y estilos de vida. Y también nos generan algunas vergüenzas por eventos negativos en los que los mexicanos dan malas notas.
Parte de esta razón es que viajó hasta la sede mundialista una decena de guardias nacionales, comisionados expresamente para Qatar. Sólo que ya hay visos de mal comportamiento en las redes sociales de aficionados nacionales que, por ejemplo, han introducido botellas de tequila y mezcal.
Esperemos que los funcionarios consulares no tengan tanto trabajo por las impertinencias de los mexicanos que viajaron hasta allá.
Nota al pie de página:
Después de la marcha del pasado 13 de noviembre y lo que venga de aquí a las elecciones del 2024, el reto será para la sociedad y el Estado en general, la reconciliación de un país demasiado dividido.