Los tiempos electorales han propiciado que cientos de políticos renuncien a sus partidos en busca de cargos públicos o para sumarse a otras fuerzas. Las salidas se han dado en medio de enfrentamientos y acusaciones de traición y corrupción.
Este jueves, el exgobernador de Chihuahua, Javier Corral, hizo pública su carta de renuncia al PAN, partido en el que militó por 41 años. El político ya no participaba en las decisiones cruciales del blanquiazul desde hace tres años, cuando la cúpula partidista decidió impulsar a su rival, Maru Campos, como candidata a la gubernatura de Chihuahua, y cuando Acción Nacional decidió aliarse con el PRI.
En la carta enviada al dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, afirma que “es una vergüenza” que el partido se funda con el PRI más corrupto de la historia, pues lo único que fomentará será la reinstalación en el Congreso de los personajes más cuestionados en ambos institutos políticos.
“Es una alianza que no reconoce ningún pasado de dignidad (…) Por si fuera poco, se le volvió a abrir la puerta a los sectores más reaccionarios, atrasados, con posturas antiderechos”, consideró.
La extrema derecha, acusó, se aprovechó de la polarización para imponer propuestas sectarias en plataformas electorales.
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Entre panistas no se descarta que Javier Corral se una a la 4T. El año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que le ofreció una embajada al exgobernador de Chihuahua, pero no se concretó la oferta porque Corral tiene doble nacionalidad.
En contraste, Omar Fayad, exgobernador de Hidalgo, renunció a su militancia priista en junio pasado, tras acusar al PRI de simulación democrática. Abandonó al tricolor después de 40 años como simpatizante y aceptó la propuesta de López Obrador para ser embajador de México en Noruega.
Junto con Fayad, cientos de priistas en Hidalgo renunciaron a su militancia, pero el presidente del partido, Alejandro Moreno, minimizó las salidas al afirmar que eran “lacayos de Morena”. A esto se sumaron las renuncias de los senadores Miguel Ángel Osorio Chong, Eruviel Ávila y Claudia Ruiz Massieu.
Las cosas en Morena no son distintas. La senadora Lucía Meza dejó ese partido al advertir que no les importa que el “bandido de Cuauhtémoc Blanco” gobierne Morelos. Este jueves, los dirigentes del PRI, PAN y PRD le abrieron la puerta a Meza para que sea candidata del Frente Amplio por México al gobierno de Morelos.
Mientras, la diputada Selene Ávila analiza su permanencia en Morena, luego de que la mayoría de la 4T no aceptó la propuesta de los marcelistas de crear un fondo para la reconstrucción de Acapulco.
Además, en octubre pasado, la diputada Adela Ramos dejó Morena entre acusaciones de traición y se incorporó a la bancada del PAN.
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