Considerada como una de las obras más trascendentales, importantes y populares de la música y el arte, el Festival del Centro Histórico cerró esta noche su 34 edición con la obra “Novena Sinfonía” del compositor alemán Ludwig van Beethoven en el Zócalo capitalino. Bajo la dirección de Scott Yoo, fue la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, quien engalano el cierre con esta obra, cuya partitura original está inscrita en el Registro de la Memoria del Mundo de la Unesco, donde forma parte, junto con otros sobresalientes monumentos, de la herencia espiritual de la humanidad. Acompañada del Coro Filarmónico de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Coro de la Secretaría de Marina, los filarmónicos ofrecieron un brillante concierto haciendo lucir esta obra catalogada como la primera sinfonía en introducir la percusión. Dicha pieza fue un encargo de la Sociedad Filarmónica de Londres, cuyos primeros bosquejos de la partitura data de 1817 y los últimos toques fueron dados por su compositor en 1824. https://www.youtube.com/watch?v=n33MGiuhVZk En la que es considerada la tercera plaza pública más grande del mundo, en una tarde agradable y despejada, la agrupación musical encantó a decenas de personas que se dieron cita, muchos de ellos, familias enteras acompañadas de sus pequeños. Algunos sentados en el piso, otros más parados, o bien en los hombros de sus amigos, esposos o hermanos, capitalinos se vieron envueltos en esta ‘himno a la alegría’ u ‘oda a la paz’. Pasados 40 minutos, hicieron su aparición sobre el escenario la soprano Gabriela Herrera; la mezzosoprano María Luisa Tamez; el tenor Alan Pingarrón y el bajo Carsten Wittmoser, quienes despertaron los aplausos por su interpretación. Estos virtuosos del Bel canto, dejaron con la boca abierta a propios y extraños, ante extraordinario timbre vocal, el cual reboto por toda la Plaza de la Constitución, atrapando miradas. https://twitter.com/ManceraMiguelMX/status/978077322858213376 Con café en mano, jugo, refresco, disfrutando de la torta, el taco, la tlayuda y hasta de un tabaco, capitalinos no se movieron de sus lugares, por el contrario, muchos incluso, sacaron sus teléfonos celulares para atrapar el que por primera vez se escuchó esta pieza melódica en mencionada plaza pública. El estreno de esta obra se realizó el 7 mayo de 1824 en Viena, y de este concierto es la famosa escena en que Beethoven, casi completamente sordo, tuvo que ser volteado hacia el público por una de las cantantes, para ver la estruendosa ovación que ya no podía oír. Es probable que la mayor sorpresa del público haya sido la de escuchar la primera sinfonía vocal que registra la historia, con un movimiento final que lleva como texto la Oda de la Alegría de Friedrich Schiller. DA