Aunque algunas personas pueden pensar en la felicidad como un estilo de vida sin carencias, las investigaciones muestran que la felicidad lleva a cosas más básicas, como agua potable limpia, atención médica asequible y un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida.
Así, en cuestión de dos años, México y otros nueve países tuvieron una caída estrepitosa dentro de una de las mediciones internacionales más importantes: el Informe Mundial de la Felicidad 2022, elaborado por la Red Soluciones de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (SDSN).
México, con un gobierno democrático, comparte un sitio en la lista de los 10 países con la peor caída en este informe –entre ellos Líbano, Venezuela, Afganistán, Lesoto, Zimbabue, Jordania, Zambia, India y Botsuana– naciones en donde se han experimentado décadas con profundas crisis económicas, sociales y políticas. De esta forma, y teniendo en cuenta otros factores como la pandemia por Covid-19, la inflación mundial, el aumento de la incertidumbre económica y la tensión entre los países, puede parecer que ser feliz requiere más esfuerzo que antes.
Por ejemplo, entre los cinco países con la peor caída destaca México, que se colocó en la posición 46, por debajo de Chile y Nicaragua y lejos de los primeros lugares: Finlandia y Dinamarca. Para este informe mundial, nuestro país perdió al menos 0.896 puntos en el índice de felicidad a partir de las mediciones elaboradas de 2008 a 2012 y de 2019 a 2021, por lo que es el noveno país con más pérdida de felicidad.
De acuerdo con el informe, los resultados de la desigualdad de ingresos, “que tratamos como una representación parcial de la confianza interpersonal, sugieren que pasar de un país con un coeficiente de Gini de 0.27 (como Dinamarca o Suecia) a 0.47 (como México o Estados Unidos) está asociado con tasas de mortalidad por Covid-19 por 100 mil habitantes que son más altas en 25 en 2020 y 41 en 2020”.
Pérdidas mundiales. En el caso de Líbano, atraviesa actualmente la peor crisis económica de su historia, pues 80% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. El aumento de los precios de los alimentos alcanza 500 por ciento. En Venezuela, la pandemia magnificó la crisis en la enseñanza y alimentaria, que se suman a un paquete de sanciones y a un conflicto en cuanto a la aplicación de la democracia.
Incluso los derechos humanos en Afganistán llevan un año en picada, desde el regreso al poder del régimen talibán, en agosto de 2021. Aquí, las mujeres han sido las víctimas más visibles, pero también los niños.
Lesoto, el país africano rico en recursos hídricos, es uno de los más pobres del mundo, pues para ingresar dinero al Estado, debe exportar agua a Sudáfrica, algo que afecta tanto a sus comunidades.
El informe explora la conexión entre el gobierno y la felicidad, los efectos del comportamiento prosocial.
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