El Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos “pagó millones de dólares” a la anterior administración de Twitter para “ocultar información al público” obre Hunter Biden, hijo del presidente de ese país.
Así lo afirmó esta semana Elon Musk, nuevo dueño de la red socia, y aseguró que otras redes sociales recibieron pagos por la misma acción.
El periodista Michael Shellenberger publicó el lunes pasado un nuevo lote de los archivos internos de Twitter que revelan que Twitter y grandes medios de comunicación operaron para censurar información sobre la computadora portátil del hijo del presidente estadunidense.
Le periodista indicó que el FBI y “la comunidad de inteligencia desacreditaron la información fáctica sobre los tratos comerciales en el extranjero de Hunter Biden, antes y después de que el 14 de octubre de 2020 el diario New York Post publicara el contenido de su laptop”.
El FBI y los medios
Además, afirma que “la campaña de influencia del Buró Federal de Investigaciones dirigida a los ejecutivos de los medios de comunicación, Twitter y otras redes sociales funcionó”; pues censuraron y desacreditaron la historia de la laptop.
Por otro lado, Elon Musk preguntó este martes al saliente presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el demócrata Adam Schiff, si él fue quien “aprobó la censura estatal oculta, en violación directa de la Constitución de EE.UU”.
¿Qué tenía la laptop de Hunter? El hijo del presidente llevó su MacbookPro a una tienda informática en Delaware, en abril de 2019 para mantenimiento y recuperación de datos; pero nunca pasó a por ella.
El dueño de la tienda, John Paul MacIsaac, hizo una copia del disco duro y se lo entregó al entorno de Donald Trump, en plena batalla contra Joe Biden por la Casa Blanca.
Rudolph Giuliani, exabogado de Trump, envió al diario New York Post la información, que publicó parte de los archivos en octubre de 2020, semanas antes de las elecciones presidenciales; sin embargo, la información fue cuestionada por el New York Times y no quiso profundizar en ello.
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