Esta mañana, el presidente de la Conferencia de las Partes para el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP27) dio por iniciado el tramo final de la reunión para llegar a la conclusión el próximo viernes 18 de noviembre con resultados “significativos y tangibles de los que podamos estar orgullosos”, dijo Sameh Shoukry al iniciar los trabajos del día en Sharm el Sheij, Egipto.
“Ahora debemos cambiar de velocidad y complementar las discusiones técnicas con un compromiso más político de alto nivel”, agregó el también ministro de Relaciones Exteriores del país sede, y detalló fechas como terminar las negociaciones técnicas mañana 15 de noviembre e iniciar con las consultas ministeriales a partir del miércoles 16. Sin embargo, expertos de distintas disciplinas han expresado su preocupación de que pueda haber resultados significativos.
“Seamos sinceros. Vamos a romper el límite de 1.5 grados en las próximas dos décadas”, dijo Haewon McJeon, uno de los autores de un estudio sobre las perspectivas de la temperatura de la atmósfera con los compromisos que se han hecho hasta ahora y su cumplimiento. “Eso significa –añade– que subiremos a 1.6 o 1.7 grados o más, y tendremos que volver a bajarlo a 1.5”.
La clave es qué tan rápida pueda ser esa bajada, señalan los autores del estudio publicado hace unos días en la revista Nature Climate Change y que encuentra que las distintas estrategias pueden darse diferencias de hasta décadas.
Por otra parte, en un artículo conjunto, los reporteros del sitio especializado Climate Change News señalan que no sólo no parece que se vayan a alcanzar consensos en las salas de negociación, sino que no está claro hacia dónde se dirigen.
“El borrador de declaración política para la cumbre, el ‘texto de portada’, aún no ha aparecido”, señalan.
Los expertos coinciden, desde antes de la Cop27, que se requiere de financiamiento para que los países en desarrollo compensen sus pérdidas y daños por los desastres que ya están ocurriendo y por las afectaciones que la implementación de medidas de mitigación del calentamiento global puedan tener en las economías nacionales; sin embargo, el enviado especial para el cambio climático de la presidencia de los Estados Unidos, John Kerry, advirtió el sábado que “eso simplemente no está sucediendo”.
“En cambio, el mundo rico está ofreciendo una mezcolanza de iniciativas como seguros y sistemas de alerta temprana. Algunos países vulnerables están trabajando con ellos en esto”, lo cual puede hacerse fuera de la COP (y se hace) y dista de ser la solución global que se requiere ya no para detener el calentamiento antes de los 1.5 °C, sino para no pasarse mucho de esa meta.
Cuestionada desde antes de empezar por, entre otras cosas, recibir financiamiento de Coca Cola, una de las principales fuentes de contaminación por plásticos, por la poca participación de las mujeres y por la falta de claridad detrás del lema “el mundo unido por la implementación”, la reunión podría terminar cumpliendo las predicciones de su fracaso.