De manera oficial, la actual administración de la Ciudad de México a cargo de Claudia Sheinbaum Pardo, exorcizó los demonios que habitaban en los cuerpos policiacos que se hacen cargo de la seguridad de una de las ciudades más grande del planeta.
Ante los históricos problemas de corrupción que la institución de policía local ha presentado, la mandataria se propuso erradicarlas. En junio de 2020, poco más de un año y medio después de tomar posesión del cargo, declaró la victoria:
Todas esas prácticas que implican tortura, ilegalidad, etcétera, han sido eliminadas por completo”, dijo Sheinbaum Pardo, una de las principales candidatas para suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Un reportaje publicado por el diario estadounidense The New York Times (NYT) se expone que, si bien de manera oficial se acabó con los abusos policiales, en los hechos continua y van en aumento.
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Señala que los ciudadanos siguen denunciando malas conductas de los policías. Incluso los oficiales de policía de alto rango dicen que la corrupción no ha sido erradicada por la presión de más de 81 mil.
Entrevistas con policías actuales y anteriores revelan que las malas prácticas han aumentado desde que Shaeinbaum asumió el cargo por la presión policial que ejerce. Testimonios recogidos por el medio señalan que, en lugar de frenar el abuso físico y los arrestos falsos, la policía se ha hecho la vista gorda, lo que afecta, como siempre, a los ciudadanos más pobres.
En los casi cuatro años de la actual administración, la comisión de derechos humanos de la ciudad ha recibido más de 5 mil denuncias contra la policía; en la cuales son comunes encontrar lesiones corporales y violaciones de la libertad privada, incidentes que incluyen detenciones ilegales, tortura y amenazas de muerte.
Solo en 2021 se registraron mil 900 historias de este tipo, la mayor reportada en un año desde 2004, cuando la comisión comenzó a clasificar públicamente las categorías de reclamos contra el personal del gobierno.
En el caso de las denuncias de tortura, las víctimas refieren descargas eléctricas, estrangulamiento, ejecuciones simuladas y agresión sexual. En los primeros seis meses de 2022, hubo más historias de este tipo en comparación con el mismo período de 2021.
Una portavoz de la policía le dijo a NYT que desde 2019, 477 oficiales han sido despedidos por no cumplir con las reglas de la policía o por no pasar una prueba de antecedentes.
Para la Jefa de Gobierno la situación es distinta: “todas las prácticas de tortura y arrestos ilegales han dejado de ocurrir”, informó la oficina de Sheinbaum a NYT y agregó que “queremos que los ciudadanos sepan que no permitiremos ni toleraremos estas acciones”. DJ
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