EZLN desafía al gobierno de Escandón en Chiapas
La negociación de liberación de dos miembros del EZLN que involucró al gobierno de Rutilio Escandón y a una presunta organización paramilitar, configura el episodio con el que zapatistas advierten una escalada hacia una guerra civil
La negociación de liberación de dos miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que involucró al gobierno de Rutilio Escandón, a una presunta organización paramilitar y que fue mediada por la Diócesis de San Cristóbal, configura el episodio con el que zapatistas advierten una escalada hacia una guerra civil.
José Antonio Sánchez Juárez y Sebastián Núñez Pérez, de la Junta del Buen Gobierno del EZLN, salieron el 11 de septiembre a las 8 de la mañana en una camioneta de redilas con placas CW-0001-C. Al paso del tiempo y sin información de sus actividades, sus compañeros comenzaron con labores de búsqueda y el vehículo fue hallado en Ocosingo, en una comunidad que es la sede de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO).
Con dicho organismo —que zapatistas señalan de ser paramilitares— los indígenas rebeldes han tenido conflictos por saqueos, robos y secuestros en años pasados, además acusan que reciben apoyos de programas sociales y que conceden una parte a funcionarios.
Pese a que los zapatistas sospechaban que ahí estaban Sánchez Juárez y Núñez Pérez, no pudieron verlos ni saber sobre su estado de salud, e indicaron que los canales de comunicación se estaban agotando. En el marco de su gira por Europa, el secuestro desató protestas en otros países visitados por las y los zapatistas.
Los párrocos de San Cristóbal de las Casas y Oxchuc, así como organizaciones defensoras de derechos humanos arribaron al territorio para establecer una mesa de diálogo en la que también participó la Secretaría de Gobierno de Chiapas, aunque el EZLN dijo que funcionarios de la administración de Rutilio Escandón sólo obstaculizaron la negociación.
El EZLN acusó a la administración de Escandón de tener pactos con el narcotráfico, organizaciones paramilitares y buscar desestabilizar el sur de Chiapas. “Es todo. Para otra ocasión ya no habrá comunicado. O sea, no habrá palabras, sino hechos”, firmó el subcomandante Insurgente Galeano en el pronunciamiento que se titula “Chiapas al borde de la guerra civil”.
Tras su levantamiento en armas 1994 el EZLN no ha tomado nuevamente cabeceras municipales, ni tenido enfrentamientos armados frontales con el gobierno en ninguno de sus niveles.