‘Ni tiempo he tenido de criticar a este gobierno': Astrid Hadad
Tampoco se ha dado espacio para sufrir la pandemia, pues para el alma no hay encierro ni prisiones. La gente se queja del encierro, pero si se aprecia la belleza de la vida, “estás del otro lado”
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Lleva sangre libanesa y mexicana. Es heredera de una larga tradición en la que el canto y el baile se fusionaron para crear un mundo imaginario (y no tanto) que se refleja en el mejor lugar: el escenario, en donde Astrid Hadad, de 63 años, ha pasado más de la mitad de su vida, lo mismo atizando al gobierno en turno, que luciendo sus hermosos vestidos.
Obligada por la pandemia de Covid-19, la reina del cabaret y de los fastuosos atuendos comenzó una nueva fase con su espectáculo íntimo desde la sala de su casa que por primera vez transmitió vía streaming el viernes 18 de septiembre.
“Se tiene que meter a lo nuevo y los retos me encantan. No tienes idea de cómo ha sido esto. La necesidad apremia y la imaginación salta y se te empiezan a ocurrir muchas cosas”, asegura.
La cantautora posee alrededor de 150 vestuarios distintos y cada uno tiene un nombre. Todos permanecen cuidados en una bodega.
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¿Cómo llevas la cuarentena?
La cuarentena ni la he sentido. Como puse dos casas en una, porque junté mi oficina llena de vestuario, ha sido una cosa que no te platico, pero ya terminé y ya estoy otra vez lanzándome al mundo del cabaret on line, porque no queda de otra. Yo no conozco mucho de redes sociales. No es lo mío. No termino de entender bien, pero es un espectáculo con muchos músicos. Con cambios de vestuarios, músicos en vivo, todos con cubrebocas y conservando sana distancia.
¿Qué observaciones tienes para el nuevo gobierno?
Es que ni siquiera he trabajado. Empezó este gobierno y vino la pandemia. Así ni pa’ saber.
¿Cuál es la mayor observación crítica de cómo se ha manejado la pandemia en México y el mundo?
No he estado muy metida en eso, pero siento que a todo mundo lo agarró desprevenido. Que el mundo pensó primero que era una “gripita” cualquiera y resulta que la pandemia nos ha dejado a todos turulatos, porque ha sido más de lo que podamos imaginar y nos asustamos cuando nos dijeron que nos encerráramos en casa. Cuando se me empezaron a caer las funciones que teníamos programadas, bueno pensé ‘en dos meses estamos afuera’, pero no. Esto ha sido más de lo que cualquiera esperaba. Y siento que aquí y en el mundo entero ha faltado no sólo información sino cuidado. Prevención, mucha prevención de la gente y de los gobiernos porque pienso que se hubieran podido adoptar medidas para no desafiar el destino.
¿El Covid será un personaje principal en tu nuevo show?
Creo que la gente está hasta el gorro. Voy a hablar de amor, de belleza, de historia, de muchas cosas. No quiero hablar de Covid. Habrá humor. Mucho humor.
¿Cuántos colaboradores forman parte de tu staff?
Hay cuatro músicos que trabajan conmigo, algunos desde hace 35 años. El que menos tiene, son 10 y dos asistentes de vestuario.
El vestuario en tus espectáculos es impresionante ¿Quién lo diseña?
Lo hago yo, pero un grupo de personas trabajamos en él. Carmita Soria hace los corsés y las faldas. Bruno Fourure, un pintor francés que vive en México, un artista increíble que me ayuda con los sombreros. Otra persona me ayuda a agrandar las ideas y ella me ayuda a concretar las ideas de lo que quiero hacer.
Son únicos ¿Te parecen de alta costura?
Sí, lo son. Cuando alguien como Bruno que realiza estas pinturas sobre mis faldas y han colaborado otros pintores, pero el que siempre está es Bruno porque vive aquí, porque son de alta costura. Nunca podría pagar lo que cobra por sus cuadros.
¿Qué papel juega el vestuario en tu espectáculo?
Es el contrapunto de lo que trato de decir, de lo que quiero expresar. La crítica siempre es política porque sale y muchas veces hay crítica de lo que estoy diciendo.
¿Eres una diosa en el escenario?
No me siento divina. Me siento libre, feliz, realizada; por eso estoy tan contenta de volver a cantar porque el escenario es mi vida. Es una emoción que difícilmente puedes decir en palabras. En esta ocasión no voy a tener al público que me retroalimenta, pero hasta cuándo ensayo es maravilloso. Amor por la vida, por la belleza, por todo y necesitamos volcar nuestros sentimientos. Es un privilegio estar vivos y gozar de la belleza y compartirlo. Para el alma no hay encierro ni prisiones. La gente se queja de estar encerrada; si sabes apreciar la belleza de la vida, estás del otro lado.
¿Nunca consideraste tener hijos?
Siempre lo tuve muy claro. Es una vocación y yo no la tuve, y lo tuve muy claro y nunca quise. Algunos me decían ‘luego vas a estar sola’. Yo no quise un hijo para que se hiciera cargo de mí. Que los hijos cuiden de los padres o que los abuelos cuiden de los nietos como dice el Presidente, no es trabajo de ellos.
¿El cabaret puede ayudarnos?
Ayudarnos, no lo sé, pero a reír, sí que sí. El arte y la cultura siempre suman y son necesarias. Y es una pena que le corten tanto a la cultura en este país. No sé qué va a pasar. ¿Cuántos Museos van a sobrevivir?, pero lo que tenga que ver con la literatura y el teatro porque un país sin cultura y sin memoria es un pobre país.