En su primer informe preliminar, el Grupo Asesor Científico sobre los Orígenes de nuevos patógenos (SAGO) destaca la necesidad de seguir investigando sobre el origen del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la pandemia de Covid-19.
SAGO se estableció el 13 de octubre de 2021, y su primer informe a la Organización Mundial de la Salud (OMS) se centra en proporcionar recomendaciones iniciales para el desarrollo de un marco global para estudiar patógenos emergentes y reemergentes con potencial pandémico, que es su misión principal, pero también destaca especialmente el tema de los orígenes del SARS-CoV-2 y explorar los temas relacionados con la aparición de sus variantes preocupantes del SARS-CoV-2, como Ómicron.
El informe señala que la aparición del SARS-CoV-2 no sólo no es un hecho aislado, sino que se produjo en un contexto en que hay un número cada vez mayor de patógenos de alta amenaza emergentes y reemergentes en los últimos años, como los virus que causan fiebre de Marburg, enfermedad de Ébola, influenza aviar, poliomielitis, dengue, zika y chikungunya, entre otros.
La vigilancia “robusta e integral” que es necesaria, señala SAGO, debe hacerse el enfoque holístico que se ha llamado One Health, que incluye, además de abordajes clásicos de la biomedicina, estudios de antropología y humanos en general, así como estudios ambientales y ecológicos.
Hasta el momento, “SAGO no puede identificar ningún hallazgo concluyente que conduzca a los orígenes del SARS-CoV-2”, señala el reporte, que hasta ahora no descarta ninguna posibilidad y pide que se siga explorando la posibilidad de un incidente de laboratorio.
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