Mark Meadows, el antiguo jefe de gabinete de Donald Trump, se negó a testificar ante un comité del Congreso de Estados Unidos que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero, arriesgándose a posibles cargos por desacato.
Meadows fue citado para comparecer ante el comité de la Cámara de Representantes que investiga el violento ataque de seguidores de Trump que obligó a cerrar el Congreso.
El comité busca determinar hasta qué punto Trump, su equipo y sus asesores pudieron estar involucrados en el ataque y ha llamado a docenas de exfuncionarios a testificar.
El abogado de Meadows, George Terwilliger, dijo en un comunicado que se encuentra en una “aguda disputa legal” con el comité en torno a la afirmación de Trump de que debido al privilegio presidencial puede evitar dar testimonio o registros de las actividades de su equipo de gobierno.
Meadows se escudó en esa afirmación para asegurar que no puede testificar a menos que una corte invalide el privilegio de Trump.
“Sería irresponsable que Meadows resolviera prematuramente esa disputa al obviar voluntariamente privilegios que están en el centro de esos temas legales”, dijo Terwilliger.
El comité dijo en un comunicado el jueves que el presidente Joe Biden ya había renunciado al privilegio ejecutivo respecto a la investigación, lo que implicaba que Meadows debía testificar.
Advirtió que Meadows podría ser declarado en desacato por el Congreso y referido al Departamento de Justicia para que estudiaran posibles cargos criminales en su contra, como se hizo con el exasesor político de Trump Steve Bannon, quien también se había negado a testificar.
PUEDES LEER: La Tres | Trump, su verdad social
El Departamento de Justicia aún debe decidir si presentar cargos contra Bannon.
El caso de Meadows puede vincularse a una pelea paralela respecto al privilegio presidencial entre el comité y Trump en una corte federal de Washington.
El comité ha pedido los registros de Trump vinculados a los hechos del 6 de enero documentados en los Archivos Nacionales.
Trump invoca el privilegio presidencial para pedir que los registros sigan sellados, pero Biden, siendo el mandatario actual, también renunció a su privilegio sobre esos archivos, expresando su voluntad para que sean liberados.
La disputa ha abierto una batalla sin precedentes entre un presidente en funciones y un exmandatario en torno a los privilegios adheridos al cargo.
El comité ganó una primera batalla en la corte el lunes, pero Trump apeló y el caso llegará a un tribunal federal de apelaciones el 30 de noviembre.
Más allá de lo que determine esa instancia, analistas aseguran que es probable que el caso vaya a la Corte Suprema.
ES DE INTERÉS |
Trump pudo evitar 150 mil decesos, admite la exencargada de la pandemia
Trump planeó un acto de guerra contra México