Exceso de calor afecta la salud y genera “nueva” pobreza

Entre las diversas afectaciones que tiene el calor sobre la salud humana, sin contar los problemas de alimentación y abastecimiento de agua y los golpes de calor, quizá la más inverosímil sea el aumento del riesgo en los partos. Sin embargo, ese “riesgo ya es innegable”, señala una investigación publicada en la revista Science a finales de septiembre.

“Docenas de estudios epidemiológicos han relacionado la exposición al calor con malos resultados, incluidos partos prematuros, bajo peso al nacer, muerte fetal y anomalías congénitas en el feto”, escribe Meredith Wadman, y añade que el nacimiento prematuro es el más comúnmente documentado.

A nivel global, por cada aumento de un grado centígrado en la temperatura promedio del ambiente se genera un aumento del 5% en el riesgo de nacimientos prematuros en áreas y estaciones cálidas, y el aumento es hasta del 16% durante las olas de calor, según una revisión publicada en 2020.

“Eso significa que el cambio climático podría exacerbar un riesgo importante: a nivel mundial, la prematuridad ya es la principal causa de muerte de niños menores de cinco años”, añade Wadman.

Otros estudios han encontrado que para la persona embarazada aumenta el riesgo de diabetes gestacional y preeclampsia, y un estudio de más de 400 mil embarazos encontró que la exposición prolongada al calor aumenta el riesgo de enfermedades maternas graves durante el parto en 27%, y está claro que el aumento de las temperaturas tiene otras afectaciones a la salud.

Por ejemplo, en India hubo un aumento de 55% en las muertes relacionadas con el calor entre 2000 al 2004 y 2017 al 2021, según una investigación publicada el año pasado en The Lancet Countdown, una entrega anual de esa revista médica que evalúa las relaciones entre el cambio climático y la salud.

La publicación señala que “la exposición al calor extremo se asocia con lesión renal aguda, insolación, resultados adversos del embarazo, empeoramiento de los patrones de sueño, impactos en la salud mental, empeoramiento de enfermedades cardiovasculares y respiratorias subyacentes y aumento de las muertes no accidentales y relacionadas con lesiones”.

›Está claro que las afectaciones, entre las que no hay que olvidar el aumento de infecciones como las de malaria y las peligrosas bacterias del género Vibrio (como las causantes del cólera), van en aumento en las áreas urbanas donde el alquitrán y el concreto que absorben calor aumentan las temperaturas.

Por estas razones, un equipo de investigación de las universidades de Oxford, Ca’ Foscari de Venecia y el Instituto Europeo de Economía y Medio Ambiente, entre otros, propusieron que se considere una nueva dimensión relevante de la privación que está surgiendo en el mundo en calentamiento: la pobreza de enfriamiento sistémica.

La propuesta, publicada el 25 de septiembre en la revista Nature Sustainability, señala que organizaciones, hogares e individuos están expuestos a los efectos perjudiciales del aumento del estrés térmico principalmente debido a infraestructuras inadecuadas, y destaca el papel de las infraestructuras de refrigeración pasiva (agua, superficies verdes y blancas), los materiales de construcción y las infraestructuras sociales, y considera el estado del suministro de refrigeración disponible para fines de trabajo, educación y salud.

Entre las conclusiones de The Lancet Countdown se señala que hay muchas cosas que los gobiernos pueden hacer en las ciudades para mitigar los efectos del calor, y que ante las crisis simultáneas que hay en el mundo, “poner la salud humana en el centro de una respuesta alineada a estas crisis simultáneas podría representar la última esperanza de asegurar un futuro más saludable y seguro para todos”.

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