El miércoles pasado fue deportado a México Bernabé Ramírez, quien cumplió la condena de 30 años de prisión que le impuso la justicia de Estados Unidos por su participación en el secuestro y asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, agente de la DEA, ocurrido en 1985. Esta situación provocó el enojo de Héctor Bellerrez, exintegrante de esa dependencia, quien fue pieza clave en la detención de este sujeto.
Bellerrez aseguró estar “muy molesto” por esta decisión del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) de regresar a Ramírez a territorio mexicano.
“Arriesgué mi vida infiltrando a este asesino”, refirió el exagente de la DEA en entrevista concedida para Milenio TV, en la cual contó cómo fue que Ramírez admitió que sí participó en los actos de tortura que sufrió “Kiki” Camarena.
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Compartió que se hizo pasar por un narcotraficante que buscaba contratar a Ramírez para que matara a un agente federal de Los Ángeles. Y detalló que durante su encuentro con él, en un bar de esta ciudad de California, le contó que había torturado a el entonces agente de la DEA, quien se encontraba en Guadalajara para investigar al Cártel de Guadalajara.
“Se estaba burlando de cómo torturó a Camarena, se estaba riendo de cómo lo habían pateando, cómo lo habían golpeado”, relató Bellerrrez. Y apuntó que esa conversación fue grabada, lo que sirvió como una de las pruebas para demostrar su culpabilidad.
Además, el exagente de la DEA aseguró que Ramírez también le contó que fue quien asesinó a dos ciudadanos estadounidenses en el restaurante La Langosta propiedad de Rafael “Caro” Quintero, así como a cuatro testigos de Jehová. GA
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