La zona euro registró un nuevo pico en la inflación anual y alcanzó un 9.1% en agosto, un registro inédito para la región de la moneda única.
De acuerdo con la oficina Eurostat, la inflación que se conoce de manera preliminar para agosto se alimentó por un aumento del 38.3% en la energía, un 11.1% en la comida sin procesar, y un 9.8% de los alimentos procesados, alcohol y tabaco.
El martes, Alemania informó que registró una inflación de 9.1%, la más alta en al menos 50 años. Hoy, España informa que su inflación preliminar fue 10.4% anual en agosto, un pequeño desliz desde el 10.8% de julio.
Los problemas para la eurozona en la parte energética han sido el factor que desde hace un año ha impactado la producción y la productividad de los países que integran la región.
El Producto Interno Bruto (PIB) de la eurozona se está desacelerando desde el final de 2021 y se ha acentuado en la primera parte de 2022, con un crecimiento menor al 1 por ciento. La desaceleración económica de la zona aunado con la alta inflación que se ha disparado por los precios de la energía pone a una recesión cada vez más probable en la región.
En el Reino Unido, aunque no pertenece a la eurozona, comparte la crisis energética que está acompañada de una crisis alimentaria en los hogares, a pesar de ser una de las economías más ricas del planeta. Un total de 169 organizaciones alimentarias británicas advirtieron de una crisis de comida para invierno ante un incremento en la demanda, dijeron al periódico The Guardian.
Las familias de Reino Unido se enfrentan a altos precios en los alimentos, y ello ha llevado a que reduzcan las porciones o el número de comidas al día. Según The Food Fundation, al menos siete millones de británicos han reducido sus porciones o eliminado una de las comidas del día como resultado del deterioro de los ingresos. El banco Goldman Sachs prevé qué la inflación el siguiente año supere el 22%, un máximo de 49 años.
Las autoridades de ese país no prevén medidas económicas extraordinarias para el otoño-invierno, tanto de racionamiento de energía, como de cargas impositivas más amplias a los que más ganan.
El 8 de septiembre, el Banco Central Europeo (BCE) tendrá la tarea de mostrar mano dura sobre la inflación o mantenerse menos restrictivo como ha sido su papel recientemente frente a lo que hacen otros bancos centrales en el mundo. Para la tercera semana de septiembre, la Reserva Federal de Estados Unidos tendrá su reunión de política monetaria, de la que se espera que la agresividad en el alza de tasas continúe frente a una inflación implacable, una conducta que han seguido otras autoridades monetarias, pero no el BCE.