Incendios, evacuaciones y daños incalculables en la infraestructura son parte del saldo que están dejando los severos incendios forestales en el Mediterráneo.
Si bien no se sabe con exactitud el inicio del desastre, la evidencia apunta a 15 incendios simultáneos cerca de Atenas y en la localidad balnearia de Mati, en la costa este. Su propagación no se limitó a Grecia: esta semana, las autoridades italianas dieron cuenta de cinco muertes, mientras que los gobiernos de Croacia, Argelia, Francia, y Portugal contabilizan sus respectivas víctimas.
De manera específica, la emergencia obligó a evacuar a miles de ciudadanos y turistas en Volos, Lamía, Rodas, Corfú y Eubea, y hasta el cierre de esta edición, suman al menos 61 los incendios en el territorio, que han superado los 40 grados en algunas zonas.
En Italia se considera emitir la declaratoria de emergencia en las regiones más afectadas, ya que aunado al fuego en la zona sur, el norte del país vive una serie de tormentas inusuales.
Por su parte, uno de los principales atractivos turísticos de Croacia, la ciudad de piedra medieval, se encuentra en gran peligro. Las llamas en la ciudad de Dubrovnik mantienen a cientos de bomberos y equipo de rescate sin descanso, y las pérdidas amenazan con ser irreparables.
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Y aunque en la isla francesa de Córcega, el fuego se mantiene bajo control, en Portugal, ocho bomberos resultaron lesionados durante los trabajos de extinción.
Pero el caso de Argelia es tal vez el más grave. Tres días de devastación dejaron un saldo de al menos 34 muertos, entre los que se incluyen 10 soldados que perecieron ayudando a evacuar a los civiles. En años pasados, el país vivió severos incendios forestales, que redujeron la capacidad de respuesta y combate en esta ocasión.
Durante la tarde de este miércoles, las alertas se encendieron también en Turquía, donde se evacuó un hospital y varios hogares en la ciudad costera de Kemer, cerca de un bosque.
Las condiciones de sequedad que ha ocasionado este desastre facilitan la creación de nuevos fuegos en otros países. Tal es el caso de España, en donde se registró un nuevo incendio ocasionado por las chispas de una desbrozadora, lo que movilizó a nueve helicópteros.
Y de la misma forma que el fuego atravesó fronteras, el humo y calor emitidos hicieron sentir su fuerza. Expertos climáticos han asegurado que las olas de calor que azotaron algunas áreas de Europa y de América del Norte este mes habrían sido casi imposibles sin el cambio climático provocado por la actividad humana.
“Las recientes olas de calor ya no son acontecimientos excepcionales, y las que vendrán serán todavía más intensas y frecuentes si no se reducen rápidamente las emisiones, puntualizaron.
Las consecuencias son graves. El observatorio del clima de la Unión Europea, Copernicus, indicó que las emisiones provocadas por el humo eran las más altas reportadas en los últimos 21 años.
Entre el 1 y el 25 de julio, se produjo un total estimado de una megatonelada de emisiones de carbono en el país, según el observatorio.
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