El precio del euro se mantuvo por debajo de un dólar por séptima jornada consecutiva por una crisis energética que golpea su producción y los ingresos de los hogares, así como de las presiones inflacionarias a las que el Banco Central Europeo (BCE) se muestra menos agresivo para disiparlas frente a sus pares como la Reserva Federal de Estados Unidos o el propio Banco de México.
El euro se cotizó en un mínimo de 0.9981 dólares, es decir, menos del valor de un solo billete verde. Contra el peso, la moneda única de la eurozona ha tomado fuerza y rebasa nuevamente los 20 pesos por unidad. Cabe mencionar que en las últimas cinco sesiones, el euro valía menos de las 20 unidades y ahora sube gracias a un debilitamiento del peso frente al dólar provocado por datos favorables de Estados Unidos que fortalecen a su moneda.
The Conference Board reporta un incremento importante en la confianza de los consumidores durante agosto, por lo que se interrumpieron tres meses de bajada. Asimismo, un reporte de empleo mostró que sigue mejorando el mercado laboral de ese país.
Pero no solo las monedas sufrieron, también los mercados bursátiles tuvieron un martes rojo debido a la debilidad que presenta Europa y que podría contagiar al resto del mundo. Las bolsas de Nueva York acabaron con retrocesos por arriba del 1 por ciento. En nuestro país, la Bolsa Mexicana de valores ligó su tercera caída, pero rompió el piso de los 46 mil puntos, lo que significa un mínimo de 17 meses.
En general, las bolsas del viejo continente cerraron a la baja ligeramente, pero acumulando tres jornadas en pique.
Por su parte, Alemania reportó la tasa de inflación más alta en sus registros al alcanzar 7.9 por ciento durante julio.
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